El sol del 21 de agosto de 2025 asomaba con la promesa de un día caluroso, pero la misión era clara: completar la circular por los rincones más refrescantes y emblemáticos de La Pedriza. Iniciamos la marcha desde el Parking Machacaderas, donde el aire fresco de la mañana aún conservaba la esencia de la sierra.
El Despertar del Río
La primera recompensa llegó pronto, con la visión calmante de la Charca Verde. Este icónico remanso, flanqueado por inmensas formaciones de granito y el sonido incesante del río Manzanares, sirvió como el primer respiro visual. El color, más esmeralda que verde, invitaba a la pausa, pero el camino nos llamaba.
A medida que ganábamos terreno, el sendero se acercaba a los caprichos del agua. La Cascada del Chivato, nos sorprendió con un salto de agua juguetón y espumoso, un aperitivo sonoro para lo que vendría. Apenas 300 metros después, la Chorrera Escalerón nos obligó a detenernos. Aquí, el río se transforma en una serie de peldaños naturales, una escalera de agua tallada por el tiempo, mostrando la fuerza y la belleza de la erosión.
Vistas de Águila y Abrazos de Gigantes
Dejamos el cauce del río para emprender una subida que nos elevó por encima de la arboleda. El esfuerzo se vio recompensado en el Mirador de las Milaneras. Desde aquí, el valle se extendía majestuoso, ofreciendo una panorámica que justificaba cada paso: las formaciones rocosas, la densa masa forestal y el hilo plateado del río Manzanares serpenteando a lo lejos.
El camino nos guio entonces hacia un encuentro con la historia botánica: el Pino Centenario. Este gigante, testigo mudo de innumerables estaciones, se alzaba imponente, ofreciendo una sombra densa y reparadora, un momento de humildad ante la longevidad de la naturaleza.
Regreso al Cauce y el Tramo Final
Poco después, la senda nos devolvió al regazo del río en los Baños de Venus, otro conjunto de pozas y saltos de agua que, a pesar de la popularidad de la zona, conservaban un aura de tranquilidad.
El tramo de vuelta comenzó a perfilarse, más abierto y por pistas anchas y cómodas. El Puente del Francés, un hito crucial en la ruta, marcó el punto de inflexión. Aquí, cruzamos de orilla, notando el aumento de la gente que se acercaba al río desde el otro acceso.
El final de la aventura hídrica llegó en un breve pero espectacular sucesión de pasos sobre el agua: el Puente de la Cola de Caballo, que no es la gran cascada pirenaica, sino un bello salto que imita su forma, y el último cruce, el Puente sobre arroyo de la Umbría de la Garganta.
Con las piernas ya cansadas, pero el espíritu renovado, el sendero final nos guio de regreso al Parking Machacaderas, cerrando una ruta circular de aproximadamente 14 km de distancia total. Cada hito de la jornada se grabó en la memoria: el verde de la charca, el sonido de las chorreras y la vastedad de los paisajes graníticos. Una jornada completa que demostró, una vez más, que La Pedriza nunca deja de sorprender.
Ficha técnica de la ruta:
- Realizada: 21 de agosto de 2025
- Distancia: 13,83 km
- Duración: 5 h. 52 min.
- Desnivel positivo: 643 m.
- Desnivel negativo: 643 m.
- Dificultad: difícil
- Tipo: Circular
- TRACK
