sábado, 30 de abril de 2016

Ruta 61 Circular "Camorritos - Collado Albo - Camorritos"

La descripción de la ruta esta realizada por Tino.

A las diez de la mañana y desde la estación de Camorritos, Cercedilla, comenzaron la ruta programada para el día 28 de abril y dirección al Collado Albo, los seis senderistas que componían el grupo, bien pertrechados con todo tipo de elementos para "combatir", siempre en buena lid y sin acritudes, la pronosticada lluvia para ese día y zona.

Apeadero de Siete Picos
Nuestro fiel compañero BOSS
Empezaron su andadura calentando motores con temas como el fútbol y sus preferencias por unos u otros colores, lo mismo que pronosticando estos o aquellos resultados, mientras tanto, una buena compañía y mejor mascota, apodada "Boss" daba sus carreras de ida y vuelta y hacía sus husmeos a todo aquello que su instinto le hacía  fijar la atención. Entre diversas opiniones sobre los temas del curso, ya a punto de finalizar, se fueron introduciendo, siguiendo lo mismo una senda que un sendero e incluso algún atroche, en el frondoso pinar de la zona que, además de su confortable visión, ofrecía algo de cobijo de la lluvia que de vez en cuando, y con distintas intensidades, hacía acto de presencia.

Atroche
En diferentes tramos de los 9 kilómetros y 100 metros que iban a recorrer quedaba, tanto a su derecha como a su izquierda, la vía de ese más o menos centenario trenecillo, compuesto de dos o tres unidades, que serpenteando por un lateral de la sierra, hace su recorrido hasta el Puerto de Cotos pasando antes por el de Navacerrada. En el camino han quedado ya obsoletos, y como huella nostálgica de un pasado no tan lejano, apeaderos como el de Siete Picos, nombre que recibe por la cercanía de esos mismos montículos que van encadenados desde el Alto de Navacerrada hasta las proximidades del Puerto de la Fuenfría.

Llegado el grupo al mencionado Collado Albo y tras atravesar los raíles del trenecillo, se detiene en un lugar apropiado para liberarse de las mochilas y reponer parte de la energía desgastada en los 433 metros de desnivel en ascenso y prepararse para descender esa misma métrica. Cumplido este trámite se reanuda la marcha siguiendo la guía de unas marcas amarillas, impresas en distintos árboles que, cual lazarillo, acompañan hasta confluir en una senda que transcurre paralela a la corriente de un cantarín arroyo, o tal vez río, en su continuo fluir de agua fría y clara que, por la época del año, si no invita a darse un baño sí a ponerse un pequeño espacio de tiempo a su margen y acompañarlo, dejando transcurrir la imaginación de la mano de los pequeñitos y espumosos saltos de agua que iba dando, creándose a la par burbujas de fantasías e imágenes que solo pueden darse en esos parajes.
Pequeño salto de agua

De esta manera, entre el fluir del agua canalizada por tierra, haciendo que en dos o tres ocasiones se atravesaran estas corrientes tras encontrar algún puentecito para no mojarse, y las gotitas que cual maná caían del cielo, algo plomizo pero que no perdía en ningún momento su tonalidad azul, a las 13:30 horas se alcanza la meta que no es otra que el inicio de la marcha, pues el recorrido era circular para encontrarse de nuevo con los vehículos allí aparcados.





TRACK

1 comentario:

  1. Dan ganas de ponerse las botas de montaña y hacer la ruta. Gracias!

    ResponderEliminar