martes, 20 de junio de 2017

Ruta 107 Zarzalejo


Zarzalejo es un municipio perteneciente a la Comunidad de Madrid, pequeño municipio situado en la Sierra Oeste de Madrid. En tiempos pasados lugar de recreo y descanso del monarca Felipe II, y cantera de la que se extrajo el granito con el que se levantó el Monasterio de San Lorenzo del Escorial, aportando también un buen número de canteros. En 1834 nació en la localidad el pintor Vicente Palmaroli, pintor de corte y director del Museo del Prado.

Zarzalejo se reparte en dos núcleos: arriba, el pueblo antiguo; abajo, la Estación, núcleo tradicionalmente conocido como Los Pajares. El primero, estructurado en torno a la Plaza de la Constitución y la iglesia, fue el primer emplazamiento escogido por Felipe II para construir el Monasterio del Escorial, dada la cercanía a las canteras de piedra de las laderas de las Machotas. La Estación es más reciente y en los últimos años ha tenido un crecimiento singular, con la construcción de numerosos chalés.

El nombre del pueblo se deriva de la gran cantidad de zarzas que pueblan el entorno. Los asentamientos humanos más antiguos parecen remontarse a la Edad del Bronce, de la que datan restos cerámicos decorados provenientes de la Machota Alta y las canteras de granito.

De la Calzada romana, situada en el límite oriental con el término del Escorial, sólo se pueden apreciar algunos tramos de esta vía. En los tramos que permanecen, se pueden apreciar grandes losas de piedra sobre el suelo y bloques puestos en pie para delimitar su anchura. Se cree que ésta podía unir con la Calzada Romana conocida como Vía Antenina que se extendía entre Titulcia y Segovia.



ASISTENTES: 23

DISTANCIA: 6 kilómetros

DESNIVEL: 300 metros

DURACIÓN: 2 horas 45 minutos





A Zarzalejo, desde las 09:00h, van acudiendo tanto caminantes del grupo senderista de los miércoles como de los jueves. Hoy es un encuentro en común para hacer una pequeña marcha, el día es muy caluroso, por las cercanías de la zona de Las Machotas. Posteriormente, se celebra una barbacoa con las típicas viandas que tan gustosas son y que después habrá que contemplar sus efectos secundarios, vía colesterol, pero que de vez en cuando no van a hacer daño.


En esta ruta, el grupo y los habituales guías, como ya se ha hecho en alguna otra ocasión, son "guiados" por el sherpa local, sherpa no en su acepción de porteador, pues no llevó ni mochila, sino como buen conocedor de esos caminos. Una vez callejeado un poco se coge un senderito, en suave ascenso, con amables sombras que, algo piadosas con los caminantes, se prestan a desafiar al sol, convirtiendo sus calurosos rayos en gratificantes tunelillos por los que transitar bien protegidos.



El sendero serpentea por la ladera como reptando hasta el Collado de Entrecabezas donde hay una fuente homónima al collado y en la que se hace una pequeña parada para descargarse, en todo lo posible, del calor que se ha ido paseando cual si fuera otra mochila, polizón que se ha colado sin estar invitado. Desde aquí hubo quienes avanzan un poco para, desde la altura, echar un vistazo al Monasterio y pueblo del Escorial, crisol de historias y emblema de un pasado, propiedad de todos y de nadie, tal vez de la propia Historia.



Reagrupados, en descenso, se van salvando algunas ramas que puedan dar en la cabeza y evitar tropezar con alguna que otra piedra. En las ocasiones que se sale de esa sombrilla de hojas verdes se vuelve a probar la efectividad de la crema solar bien extendida por la piel, es un día de calor, hasta el propio sol se queja de la temperatura tan alta.

A medida que se va acabando la ruta va aumentando el apetito por tomar esas sabrosas tortillas camperas, las carnes a la parrilla, los aperitivos que tanto acompañan, los postres caseros, la fruta fresca, el vino fresco, la cerveza fría, zumos variados...¿qué falta?...ya, un buen baño en la piscina, alguna partida de Mus, el café en amena compañía y rememorar también las marchas hechas a lo largo de la temporada.



Todo este disfrute se pudo dar gracias a la hospitalidad de Mariluz, a las buenas manos con la barbacoa de Juanjo y Mariano, y, a las compras de Jesús. Por supuesto a la participación de Julia, Agustín y la de todos los que colaboraron con sus aportaciones para que se pudiese llevar a cabo esta fantástica reunión.



¡¡Muchísimas gracias a todos por vuestra dedicación y esfuerzo!!



                                              
                                                                                                                                 Tino.


2 comentarios:

  1. Hola Tino me gusta el relato, imaginativo realista (nos puede pasar a cualquiera) y bien escrito.
    Como dices: el mañana es lo siguiente al hoy, es el futuro, cofiemos en nuestro futuro y que caminatas,  comidas, conversaciones y demás actos compartidos duren, no se, mucho, duren lo que duren.
    Un fuertemente abrazo.  Miguel.

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    1. Miguel,
      ¡muchas gracias! por tu comentario y opiniones. Espero y deseo que las caminatas, comidas y el intercambio literario dure todo lo posible. Un abrazo, Tino.

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