domingo, 24 de abril de 2016

Ruta 60 Circular al cerro de San Pedro

La descripción de la ruta esta realizada por Tino.


Subida al Cerro de San Pedro (Colmenar Viejo):

El 21 de abril de 2016 el grupo de Senderismo de AEPUMA, con once componentes, hizo esta marcha invirtiendo un tiempo de una hora y diez minutos. El comienzo de la ruta está junto a una antigua casa de peones camineros, kilometro 7'400 de la carretera M625, teniendo que salvar el muro de una cerca y desde donde, al poco de superarlo, se encara una senda muy visible y que ya anuncia cómo va a ser el corto recorrido, unos 2'5kms, hasta el vértice geodésico de este cerro. En el ascenso se supera un desnivel de unos 400m por lo que, salvo dos pequeños colladitos, es una casi continua ascensión con algún repecho más acusado que otro. Al ser esta una cima muy visitada, el camino en varios tramos está algo erosionado, pero no presenta ninguna dificultad y sí está bien marcado, por lo que se puede seguir sin ningún temor a desviarse.
Castillo de Manzanares al fondo

Aunque se tuvo la compañía de alguna nube, también hubo momentos de claridad pero, cuando mejor habría sido que así fuese, en lo alto del cerro, se echó un poco de niebla, no intensa, pero sí lo suficiente para no poder verse, en su totalidad, el estupendo panorama que este pico ofrece, aun así, vale la pena el desplazamiento y el esfuerzo para contemplar, a vista de pájaro, el entorno desde esa altura. Como allí hay una caja resistente a la climatología del lugar, donde se guarda un cuaderno de visitas, todos los miembros del grupo dejaron constancia de su presencia, firmando en el mismo.

Viaducto del AVE
Después del avituallamiento se reanudó el camino de vuelta, pero eligiendo otro trayecto, de manera que se hacía un recorrido circular, con lo que se ampliaban las vistas y se hacía más amena la vuelta. Ante la presencia de unas/os vacas/toros, que estaban más pendientes de los transeúntes campestres que del rico forraje silvestre, y, al no haber ningún profesional en el arte de Cúchares dentro del grupo, se decidió "tomar las de Villadiego" - por si las "flies"- atrochando durante un tramo y, después, como se suele decir, "cada mochuelo a su olivo". De esta manera, además de ameno, se hizo más atractivo el retorno que, una vez retomado su sendero, llevó al grupo al punto de origen después de recorrer, en paralelo a la carretera, el último trecho.


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