Subida al
Cerro de San Pedro (Colmenar Viejo):
El 21 de abril de 2016 el grupo de Senderismo de
AEPUMA, con once componentes, hizo esta marcha invirtiendo un tiempo de una
hora y diez minutos. El comienzo de la ruta está junto a una antigua casa de
peones camineros, kilometro 7'400 de la carretera M625, teniendo que salvar el
muro de una cerca y desde donde, al poco de superarlo, se encara una senda muy
visible y que ya anuncia cómo va a ser el corto recorrido, unos 2'5kms, hasta
el vértice geodésico de este cerro. En el ascenso se supera un desnivel de unos
400m por lo que, salvo dos pequeños colladitos, es una casi continua ascensión
con algún repecho más acusado que otro. Al ser esta una cima muy visitada, el
camino en varios tramos está algo erosionado, pero no presenta ninguna
dificultad y sí está bien marcado, por lo que se puede seguir sin ningún temor
a desviarse.
Castillo de Manzanares al fondo |
Aunque se tuvo la compañía de alguna nube, también
hubo momentos de claridad pero, cuando mejor habría sido que así fuese, en lo
alto del cerro, se echó un poco de niebla, no intensa, pero sí lo suficiente
para no poder verse, en su totalidad, el estupendo panorama que este pico
ofrece, aun así, vale la pena el desplazamiento y el esfuerzo para contemplar,
a vista de pájaro, el entorno desde esa altura. Como allí hay una caja
resistente a la climatología del lugar, donde se guarda un cuaderno de visitas,
todos los miembros del grupo dejaron constancia de su presencia, firmando en el
mismo.
Viaducto del AVE |
Después del avituallamiento se reanudó el camino de vuelta,
pero eligiendo otro trayecto, de manera que se hacía un recorrido circular, con
lo que se ampliaban las vistas y se hacía más amena la vuelta. Ante la
presencia de unas/os vacas/toros, que estaban más pendientes de los transeúntes
campestres que del rico forraje silvestre, y, al no haber ningún profesional en
el arte de Cúchares dentro del grupo,
se decidió "tomar las de Villadiego" - por si las "flies"-
atrochando durante un tramo y, después, como se suele decir, "cada
mochuelo a su olivo". De esta manera, además de ameno, se hizo más
atractivo el retorno que, una vez retomado su sendero, llevó al grupo al punto
de origen después de recorrer, en paralelo a la carretera, el último trecho.
Buena crónica para una ruta atractiva.
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