martes, 24 de julio de 2018

Mi despedida de este blog (de sus lectores)


Despedida:

Estimado amigo blog, no se por cuánto tiempo habrá, o no lo habrá, un domingo que, viajando en el asiento de un autocar, yendo a la montaña, con el móvil en la mano, como siempre, oyendo música en mis auriculares, como siempre, ya no iré pensando en escribir, como hacía antes, ya no iré fantaseando para hacer una crónica, como hacía antes, ya no iré imaginando personajes para el siguiente relato, como hacía antes, ya no iré preparando el cuaderno de bitácora, como hacía antes...ya solamente iré mirando por la ventanilla, iré mirando el paisaje, iré mirando qué mirar, si imaginario o real. No iré pensando en la siguiente ruta, no iré pensando qué tiempo hará, no iré pensando en tantos o cuántos kilómetros, en tanto o cuánto desnivel, en tantos o cuántos iremos, en tantos o cuántos nos quedaremos a comer. No se por cuánto tiempo, de momento, lo seguro, es que será hasta la próxima temporada, por entonces…puede volver a ser todo o nada.
Estimado amigo blog, probablemente no me echarás de menos, porque quien te cuide seguro que lo hará mejor que yo, también te atenderá mejor que yo, no te pondrá en ningún aprieto como hice yo, no te colará historias que no venían a cuento por algún rincón, llevarás un trascurrir más sosegado, más lógico, más equilibrado.
Estimado amigo blog, solo espero que, si más adelante me dedicase a otro blog, escribiendo, imaginando...en un autocar, yendo a la montaña, procures entenderme, nunca será por hacerte de menos, nunca por rivalizar contigo, todo lo contrario, siempre actuaré recordando y apreciando lo que aprendí de ti cada domingo, siempre tendrás tu ascendencia conmigo, por haber sido quien consiguió que del desconcierto, de la duda y la inseguridad, pasara a la certeza, a soñar y a amasar esperanzas con las que pude disfrutar.
Y nada más, estimado amigo blog, espero que me entiendas, seguro que en no tanto tiempo, quedaré como aquel simple recuerdo que pasó tan rápido como el guiño, como el pestañeo, de un ojo con tacto tierno.

¡Adiós! Tino.

viernes, 6 de julio de 2018

Salida 142: Marcha común al Reventón y Cascadas de La Granja 04-07-18


Crónica:

Los caminos se hacen pequeños o grandes cuando se circunda parte de una historia, de un palacio de los de antes, de famosos reyes y de conocida gloria.
Una vez reunido todo el grupo y acordada una posterior división, de quienes quieren andar más y quienes no, se empieza a ir marchando con la mirada levantada, observando una cuesta bastante desnivelada, cada cual a su ritmo, cada cual con sus pasos, dentro de su interiorismo, dentro de su halago, se va avanzando más de lo que  cada uno creía, los límites los pone el esfuerzo y la propia valía.
Al igual que se sube en altura aumenta la intención de gozar, de disfrutar, de sentir la agradable sensación de la novedad en un paisaje, en una naturaleza amable, vistosa y animosa, siempre confortable para quien la comparte.
La subida es y sigue siendo fuerte, cada cual la supera como puede, hay quien piensa que, tal y como es la propia vida, para conseguir una meta, primero se madruga, después se desayuna, el café y el deber, se continúa con la lista de la casa, de los niños, de me dices y te digo, de...qué cansancio, qué esfuerzo, qué bonito poder vivirlo y contarlo. Los que empiezan a subir como los que lo hacen por bajar, cumplen su deseo, como la mañana me lo permite, yo he venido  caminar, a intercambiar esfuerzo por salud, deber por la gratitud de, vencido lo debido, estaré siempre agradecido, de transpirar que lo que hice hecho está y mañana vuelta a empezar. El agua es un líquido a veces en gotas de lluvia, a veces en arroyos, en ríos, en vistosas cascadas o como adorno de reales fuentes igual que las de hoy en la Granja.
Está crónica puede ser plena o vacía, una más o de despedida, sin perfume  de alegría ni de melancolía...un libro cuando se ha leído se cierra y se archiva, habrá a quien le haya gustado más y a quien bastante menos, el paso del tiempo, tal vez, lo cuidará y guardará de él algún pequeño recuerdo o puede que no, se cumplen ciclos, se cumplen días...personas, vida.


Gracias a todos y feliz verano, conforme al estereotipo, no digo adiós sino hasta luego, seguro que nos veremos de nuevo en alguna ocasión. Un fuerte abrazo y no nos olvidemos que formamos uno grupo de personas mayores, no de viejos, que una vez a la semana llenamos la mochila de ilusión y salimos a disfrutar de la naturaleza, olvidándonos de los problemas pero no de vivir.

Tino.

P.D.: como ya estaba anunciado, dentro de unos días dejaré de llevar este blog, una vez más, gracias por haberlo seguido.



sábado, 30 de junio de 2018

Salida 141: Marcha común a Cerro Minguete 28-06-18


CRÓNICA:


Mes de junio, fin de temporada, como frontera entre la actividad y el alto en el camino, figurativamente, se guardan la mochila, los bastones y todo lo que acompaña cada salida a la montaña, a las pequeñas hazañas, tras dejar la rutina a cambio de un caminar hacia algo nuevo, hacia ese pequeño secreto por conocer, guardado en llano o en alto, formación natural o elaborada, histórica o de cualquier sociedad más cercana.
Llega el momento de las vacaciones para, además de viajar, de vez en cuando, recordar aquella mañana fría, aquel caudal, aquel pinar, aquel esfuerzo, por senda por sendero, aquella charla, aquel bocadillo, aquellas dudas y consultas, aquellas curiosidades... momento de recordar aquella compañía que ya no estará.
Esta marcha, que cierra la temporada, se empieza en el Puerto de Navacerrada, espacio abierto al caminante, a los deportistas, al ocio de un día en familia, a sentir que la naturaleza está cerca, tanto, como uno le apetezca, se puede elegir camino y destino, más próximo o lejano, siempre en altura así los sueños por allí pasan despiertos, quieren soñar no dormir. El trenecillo, el telesillas, la nieve fina, los recuerdos, quien no viviendo muy lejos, cambió las zapatillas por unas botas con fuertes hebillas, el patín por el ski, la raqueta por el bastón y las gafas de sol.
En una mañana tímida, como diciendo, puedo mojar pero no se, no me atrevo, consultaré al cielo, mientras tanto, empezad a caminar decía, mirad, vais por el camino Smidt, del Puerto de Navacerrada al de la Fuenfría, pasando por el Collado y el Monte Ventoso, para después subir Cerro Minguete y, al ir dando pasos de uno en uno, no de dos en dos, se ladeó un poco para no ir de frente los últimos metros, algo es algo aunque no lo sea todo. Ya arriba hasta el mismo sol se fija en un paisaje, en un entorno, que invita a un viaje que se acepta como anclaje en la ensoñación, en el dibujo y en la pasión.
Al estar cerca el Montón de Trigo hubo quien, habiéndose adelantado, lo remontó y descendió en un suspiro, alcanzado al poco tiempo a parte del grupo y ya juntos descender hasta la Fuente de la Fuenfría, donde se volvió a reunir el grupo al completo y en el que había un acompañante de lujo, pequeño de envergadura pero grande en ilusión, en vivir todo desde el juego, desde la acción, buen comunicador, cargado de curiosidad por todo lo que le rodeaba.
Una vez hecha la habitual foto de grupo, con una brisa refrescante que se filtraba entre los pinos, se retoma el camino hacia el principio o el final, hacia la salida o la meta, es igual, hacia la tranquilidad de haber conseguido, una vez más, un objetivo, un deseo o un premio

Tinol.

sábado, 23 de junio de 2018

Salida 140: Marcha común a Peñalara 21-06-18


CRÓNICA:
  
Peñalara, como reina de las cumbres madrileñas, acogió a un numeroso grupo de caminantes, ya en el final de su temporada, pareciendo sentirse bien acompañada, dejó correr brisas de aire fresco y ofreciendo los mejores adornos de su medio.
Con algo de esfuerzo, pero con mejor sentimiento, notando también el empuje de la mochila, se va ascendiendo, quien puede más por quien no puede tanto, el verso se va rimando, con alguno libre o quizá liberado, cada paso va formando parte de esa estrofa de color y aromas, de paisaje en el equipaje de la fantasía, de nieve tardía cuidada por algún deseo o melodía.
El diario de un senderista decía que, a veces, las noches se confundían con los días, que eran luminosas, cargadas de filantropía, que este lugar había que cuidarlo, hoy en persona, mañana desde la presencia de otrora, que era recreo de unos y otros, que había que mimarlo para todos.
Por el aire, como ecos, en Peña Citores, se oyen nombres del Batallón alpino de Guadarrama, con vistas de la llanura segoviana a un lado y al otro de Madrid, esa ciudad multirracial y aún por definir.
Caminando sobre las arterias de unas piedras por el cielo, perdón, por el suelo, las piernas se resienten, miran hacia arriba y piensan, si no fuera por lo que es, nos parábamos y aquí nos quedábamos pero, ¡ay, José Agustín Goytisolo y tus palabras para Julia (su hija)! "Nunca te entregues ni te apartes junto al camino, nunca digas no puedo más y aquí me quedo." hay que seguir, la meta lo merece, este esfuerzo nunca va a producir ningún desvelo.
Ya en la cumbre el grupo completo, es el momento de mirar y admirar todo lo que se puede apreciar desde esa altura, uno se puede sentir ave o espuma, ligero o bruma, la sensación no es nueva, es buena, girando el cuerpo como una noria, pero despacito, muy despacito, la vista muy poco a poco, va dando pequeñitos brincos, desde la Cuerda Larga, poniéndole fin en la Najarra, a Siete Picos, La Mujer Muerta, el Montón de Trigo, el Pinar de Valsain, el Risco de Claveles y la Laguna de los Pájaros, todo a la vista, todo al alcance de la mano.
Ya por último, cumpliendo el dicho de lo que puedas hacer hoy no lo dejes para mañana, en descenso, con total consenso, el grupo se encamina hacia el Refugio Zabala, lugar emblemático en otro tiempo, hoy estación para controlar el decurso del viento y poder pernoctar, si lo impone el tiempo. A sus pies la laguna chica, la laguna grande, quién rinde pleitesía a quién, no se sabe, pero se adivina que están todos a la par, yo no soy menos ni tú eres más.

Tino.

jueves, 7 de junio de 2018

Salida 139: Marcha común Collado Quebrantaherraduras-Cruz de Mierlo (06-06-18)

Crónica:

La mañana, con el pelo peinado a raya, fruncía la mirada ante unas nubes pesadas, difuminadas en color azul de agua, inquilinas de cualquier otro día, no quería que humedeciesen una marcha agradable, tranquila, una marcha que solo pretendía quedar en el recuerdo y, tal vez, explorar un poco los entresijos de unas montañas y algunos senderos.

Empezando la marcha desde el Collado de Quebrantaherraduras, solo el nombre invita ya a la andadura, por aquello de un pequeño riesgo y algo de aventura, el grupo se va poniendo en fila, casi de forma penitente, sin mirar atrás, se van introduciendo, abriéndose paso, por la humedad y una niebla que también formaba parte de esa hermandad.

Chubasqueros y paraguas, cual futbolistas corriendo por la banda, estaban calentando para entrar al terreno de juego, pero pasaban los minutos, los cuartos de hora, y preguntaban "¿cuándo nos toca? sí solo va a haber estas lloviznas mejor nos habíamos  quedado en casa" atendiendo estas quejas, aparecen unas gotas revoltosas, un ratito, después otras, pareciendo jugar más al escondite que a su obligación de mojar pero....mejor dejarlo estar. Con un quita y pon, un pon y quita de prendas, a veces dentro, a veces fuera de la mochila, se va avanzando entre las jaras, el brezo y las peonías.
Llegados a La Cruz de Mierlo, en honor a aquel pastor que echándole valor y rescatando a una joven le salvó su honor, el cuentakilómetros marca que son menos de cinco, poca cosa para una gente emprendedora, hay que subir más, nadie se quedará atrás, y puestas así las cosas, antes se negocia con una niebla algo pegajosa, tú nos vas dejando que, con las manos,  te vayamos apartando y, cuando salgamos, te hacemos una pequeña reverencia y te saludamos.
Camino a Canto Cochino, atrochando hacia La Senda de los Porrones, que lleva también a La Maliciosa Baja, se alcanza la fuente donde hay en piedra, una mesita y unas sillas que sirven para, sin necesidad de mantel, tomar un tentempié, después la foto de grupo y, uno a uno, empezar el último recorrido hacia llegar al destino.
Durante esta marcha la temperatura acariciaba el sentido de encontrarse a gusto, de si se echaba algo de menos al sol, aún así, no faltaba el calor de ese maravilloso entorno que, aunque en piedra, la realidad o tal vez la imaginación, lo hacía de ensueño.

Tino.

miércoles, 23 de mayo de 2018

Salida 138 Ruta: Canto Cochino-Los Chorros (17-05-18)

Datos Marcha:

Asistentes:19
Distancia:  10,640 kilómetros
Desnivel:   550 metros
Duración:  4 horas y 40 minutos


Cómo llegar

Track de la ruta


                                                         

CARTA DE DESPEDIDA:


Hola senderistas,

dado que a partir del próximo curso empiezo PUMA, con el consiguiente cambio de horario en la Autónoma, lo que implica un ajuste en todas las demás ocupaciones y actividades diarias mías, al igual que la pretensión de remodelar también mis salidas a la montaña, con menos responsabilidades, es por lo que  he decidido dejar mi función de "guía" en Aepuma a partir de final de esta temporada (en la decisión no tiene ninguna influencia, directa o indirecta, la situación de salud mi hermano Alejandro).

Quiero transmitiros la gran satisfacción que he sentido con cada ruta que he compartido y disfrutado con vosotros, de manera cercana, desenfadada, con el objetivo común de pasar unas horas envueltos lo mismo por la sombra de unos pinos, que por el aroma de unas jaras, lo mismo por un aire a veces frío, que por el rumor de la corriente del agua, y en definitiva andar, fotografiar con la retina un ave en vuelo, el alto de una montaña, charlar con un compañero o ayudar a salvar dificultades en esas andanzas.

Gracias de corazón a todas y a todos por vuestra acogida, confianza y compañía, sin olvidarme de vuestra cooperación, para que hayan salido bien las marchas y con la esencia de haber vivido agradables momentos, incluso cuando las circunstancia de clima y terreno hayan sido adversas.

Me doy por satisfecho con que hayáis disfrutado, en algún momento, con las rutas que hemos realizado y de las que habéis sido los auténticos artífices en su logro, yo no he hecho otra cosa que ser uno más en ese concierto, un poco lazarillo pero ante todo compañero.


Gracias, Tino.


P.D.: Habréis observado que han desaparecido del blog las fotos de personas, y los vídeo de youtube, por ajuste a la ley de protección de datos, igualmente, y por decisión personal mía, es mi deseo que al dejar de llevar este blog, custodiar yo mis relatos que, además, considero no debían haber estado nunca, pues para ellos hay otros espacios, fue una licencia que me permití y que agradezco en el alma la acogida dada por quienes los hayáis seguido, lo mismo que reconozco la tolerancia de quienes, no estando muy convencidos de su presencia, hayan guardado silencio. Pido disculpas si puedo defraudar a alguien con esta decisión pero siento la necesidad de hacerlo. 
Dejo de gestionar este Blog con el sentimiento de alejarme de unas compañeras y compañeros, de algún amigo y amiga, de dejar atrás nuestras sendas, nuestros senderos, de  haber pasado buenos momentos que, por suerte, siempre quedarán en el recuerdo. Gracias.


lunes, 14 de mayo de 2018

Salida 137 Ruta: Circular Miradores de Cercedilla (10-05-18)



Documentación:

LOS MIRADORES (Parque Nacional Sierra de Guadarrama)

Desde los diferentes miradores, distribuidos en zonas emblemáticas del Parque Nacional, se pueden contemplar espectaculares paisajes tanto del propio Parque como de su zona periférica, y desde alguno de ellos, y si las condiciones meteorológicas lo permiten, la vista alcanza incluso hasta Madrid.
Los miradores suelen contar con un cartel explicativo que permitirá conocer los topónimos más significativos del paisaje que le rodea. 
Rascafría- Mirador de los Robledos
Espectacular mirador-monumento dedicado al Primer Centenario de la Guardería Forestal. Desde este promontorio natural se tienen vistas espléndidas del vallede El Paular, bordeado por los Montes Carpetanos y la Cuerda Larga, con el macizo de Peñalara a nuestra espalda. Es uno de los miradores naturales más destacados de todo el Valle del Lozoya.
Mirador de la Gitana - Puerto de Los Cotos
Mirador fácilmente accesible tanto desde la estación de tren de Los Cotos como desde el aparcamiento del Puerto del mismo nombre. Desde el mirador se contempla un gran tramo de la Cuerda Larga. Dispone de un reloj de sol que permite conocer la hora solar y de un cartel explicativo, dedicado al poeta Federico García Lorca, con el que se pueden reconocer las diferentes cumbres que nos rodean. Un poco antes, justo enfrente del Centro de Visitantes Peñalara, está el Mirador del Príncipe. Desde este mirador también hay una excelente perspectiva de la cuerda larga y la cabecera del Valle del Lozoya.
Manzanares El Real - Mirador de Quebrantaherraduras (La Pedriza)
Desde el Collado de Quebrantaherraduras, situado en la carretera de La Pedriza, se accede fácilmente al mirador por la senda PR-M16 en unos 100 metros, dirección Sierra de los Porrones. Aquí el panorama se abre al cautivador paisaje de La Pedriza, uno de los mayores conjuntos graníticos de Europa. En una visión periférica se pueden observar la vertiente norte de los Porrones, la cima de la Maliciosa, la Bola del Mundo, la loma de la Cuerda Larga y La Pedriza Posterior (Circo de La Pedriza) y Anterior (El Yelmo)  y apenas asomando, la Garganta de La Camorza por la que el río Manzanares busca su salida hacia el embalse.
Mirador del Collado de los Pastores - La Pedriza
Desde el último aparcamiento de Canto Cochino, al final de la carretera de La Pedriza, se accede al mirador por la pista forestal de Las Zetas, después de unas 5 horas de zigzagueante marcha. Otra ruta más directa consiste en abandonar la pista a los tres kilómetros por la senda de Los Chorros del río Manzanares, justo antes del Puente de los Franceses, continuar por esta al Puente de Los Manchegos, para ascender el último kilómetro por la pista forestal hasta el mirador. Desde aquí, oteando una de las extensiones de pinar más densas de La Pedriza, la vista sobrevuela la cumbre de la Maliciosa y el cordal de los Porrones, las redondeadas cimas de la Cuerda Larga, el abrupto paisaje de caprichosas formas de La Pedriza y al fondo, el embalse de Santillana dando paso a la meseta castellana.
Navacerrada - Mirador de Las Canchas
Después de 20 minutos de marcha por la pista que nace del aparcamiento, el cartel que señala el comienzo de la Senda Ortiz nos desvía hacia la izquierda, ladera arriba. Tras cruzar una vaguada y alcanzar una amplia pradera, la senda continua por la derecha hasta unirse a la pista forestal del inicio de la ruta, encontrándose el mirador un kilómetro más arriba. Desde el mismo se pueden contemplar  tanto las antenas del Alto de las Guarramillas, como todo el cordal que va desde este alto hasta el Pico de La Maliciosa.
Cercedilla - Miradores de los poetas
En 1984, año de la muerte de Vicente Alexandre, se inaugura en el Valle de la Fuenfría el mirador dedicado a este poeta; siguiendo la senda de los poetas, toda ella cincelada de poemas de Antonio Machado y José García Nieto entre otros, se accede al Mirador de Luis Rosales. Desde estos miradores se puede observar el murallón de Siete Picos, el Collado de Marichiva, La Peñota, Montón de Trigo, parte del recorrido del tren de vía estrecha y, sobre todo, una visión general de muchos pueblos serranos como Guadarrama, Los Molinos y Cercedilla. Se puede contemplar también, la presa del embalse de Navalmedio, el Pantano de Valmayor y los montes de El Escorial e incluso Madrid en días despejados.

Mirador del Lanchazo, de la Calva o de la Reina
Se puede acceder al mirador desde el Puerto de La Fuenfría, bajando por la carretera de la República, siendo la distancia aproximada de unos ochocientos metros. También ascendiendo por la carretera de la República, desde el aparcamiento de Majavilán, se accede al mirador a aproximadamente 8 kilómetros.
Es un mirador emblemático del Valle de la Fuenfría, visible desde muchos puntos del Valle, tanto por su murallón construido sobre piedra, como por una enorme lancha de piedra, por lo que se le conoce, también, como mirador del Lanchazo. Se pueden contemplar espectaculares vistas de todo el Valle de La Fuenfría y observar su característica forma de saco invertido. También se pueden localizar algunas construcciones del Valle, como el Hospital de La Fuenfría o las cumbres de la Peñota, Peña Águila y Marichiva.

(Información extraída de la página web Parques Nacionales Sierra de Guadarrama)



Datos Marcha:



Asistentes:14
Distancia:  10,470 kilómetros
Desnivel:   537 metros

Duración:  4 horas y 15 minutos


Cómo llegar


Track de la ruta


Crónica:


El Valle de la Fuenfría, como lugar acogedor para pasar una buena jornada, es donde trascurre la marcha hoy por algunas de sus sendas, senderos, pista, puntos de interés y una cierta historia.
A poco de empezar la caminata se pasa el Arroyo de la Venta, a través de un pequeño puente de madera, para girar a la derecha y coger un camino paralelo al río e ir subiendo, metidos en el pinar, hacia los conocidos Miradores de Luis Rosales y Vicente Aleixandre. Casi todo el desnivel de ascenso se hace continuado por esta parte del recorrido así, agrupados y con ritmo acompasado, tras un par de pequeños descansos, se llega a los mencionados miradores desde donde se aprovecha para disfrutar de las mejores vistas.
Hecha la visita se continúa hacia el denominado Reloj de Cela, en honor al conocido escritor y Premio Nobel de Literatura, del que se dice que anduvo por este valle así como otros tantos personajes ilustres. A poca distancia se llega a la pradera de Navarrulaque, evocando siempre 
tranquilidad y sosiego, lugar para descansar en la ruta y sentirse acompañado por Siete Picos, Cerro Minguete o el Montón de Trigo, entre otras tantas montañas del entorno. Dada la proximidad de un banco en madera como indicativo de la Senda Herreros, que comunica Cercedilla con el Puerto de Navacerrada, se aprovecha para hacer la habitual foto de grupo.

Ya por la Senda de las Encinillas, bajando hacia Camorritos, aunque el camino es pedregoso, la marcha es algo más ligera, la distancia no es larga hasta acercarse de nuevo a la vereda del río, las agradables sensaciones no pesan, las vivencias son como brisa fresca. Junto al discurrir del agua, con sus curiosas ondulaciones, pues lo mismo parecen estar jugando que lanzando transparentes bordones, se va llegando, una vez más, al final de otra marcha, de otra andanza, de otra mudanza cuyo traslado es el de pasar del estar bien al del bienestar.

Tino
                                                                                                   

Pequeño álbum fotográfico:

















lunes, 7 de mayo de 2018

Salida 136 Ruta: Del Atazar al Barranco del Perro (03-05-18)

Documentación:



La palabra “aprisco” etimológicamente es de procedencia latina bajo denominación “aprĭcus” forma sustantiva de “apricare” que quiere decir resguardar del frío.
Aprisco es el refugio utilizado por el pastor para recoger las ovejas protegidas de las inclemencias del tiempo y los depredadores. Puede ser asociado como sinónimo de redil (telera) y corral, e incluso usarse por majada, establo, boyera, cuadra y chiquero. Sustantivo de la acción de "apriscar", en ganadería, especialmente en la de ovinos y caprinos, recoger el rebaño para resguardarlo de la intemperie.
Los apriscos más comunes son una especie de portales largos habituales en los corrales o traspuertas de las casas de los ganaderos y en muchas alquerías, casas de campo, cortijos y casas parideras. Dichos portales por lo común no tienen más techumbre que ramaje y maderos para dar sombra al ganado e impedir que se moje con la lluvia. En estos apriscos suelen disponer, apoyados en los muros de dornajos o artesillas o un simple madero o viga acanalada (la canal) que sirven de recipientes del pienso, forraje, etc. La altura de las tapias del aprisco es variable, y pueden estar protegidas con bardas de espinos para impedir el acceso a los depredadores; el pavimento puede estar empedrado, para que después de barrido, operación que debe hacer cada dos o tres días, se enjugue en poco tiempo mientras el ganado está fuera de él; sobre los extremos de estos apriscos hay una pequeña abertura para apartar la cría cuando sea necesario. En función de la geografía, el aprisco recibe diferentes nombres de un amplio y rico vocabulario.
Los rebaños merinos trashumantes solo están bajo cubierto durante el esquileo, que dura como mucho uno o dos días si la estación está seca o templada; parte de la finura de las lanas merinas depende de estar el rebaño a la intemperie.

Información extraída de Wikipedia)


Datos Marcha:


Asistentes: 16
Distancia:   10'600 kilómetros
Desnivel:    472 metros
Duración:    4 horas 50 minutos






Crónica:

Nueve de la mañana, en un pueblo tranquilo, cerca de sus antiguas eras, una mujer pasea a su perrillo blanco, da los buenos días, mientras se espera al resto del grupo, por algún atasco de la gran ciudad, otro perrillo color canela, para algunos ya familiar, merodea y olisquea, parece que hace su presentación para unirse, sin invitación, como uno más a la tarea de andar.
Ya juntos todos los participantes de esta ruta, se inicia la misma encaminándose hacia una pequeña pero empinada subida, por estrecho senderito, en forma de pasillo de jara y que parece dar la bienvenida a su morada primaveral.
Con algún sube y baja, alguna pared lateral de pizarra, en fila, sorteando arroyos, buscando los mejores apoyos, el grupo va avanzando por las laderas de unos valles, tranquilos, acogedores, que apaciguan los primeros vientos de la mañana, que en otro tiempo vieron pasar a las gentes de dos pueblos, que iban y venían con alguna carga como pequeño comercio.
Girando a la izquierda, girando a la derecha, observados por unas montañas de piedra, sus pasos les llevan a unos apriscos o corrales de ganado, de animales al cuidado de zagales, de boyeros o mayorales.
El camino se estrecha, aparece alguna cuesta, el sol abraza, el aire relaja, así hasta el Barranco del Perro, el bocadillo, agua o algún refresco.
Algunos menos cansados o más inquietos, deciden andar, subir o bajar algo más, mientras otros, más tranquilos, se hacen inquilinos de algo de descanso, de mirar su entorno despacio, sin prisas.
Un pantano, que a la ida queda de espaldas, a la vuelta muestra su mejor cara, ha recuperado su nivel normal de agua, la sequía parece haber quedado atrás. En la distancia se puede ver el contorno de muchas montañas, algunas aún algo blancas, paisaje agradable a la vista y para tener en el recuerdo.

                                                                                                                       Tino

Pequeño álbum fotográfico:





















lunes, 30 de abril de 2018

Salida 135 Ruta: Barracones de Bustarviejo (26-04-18)

Documentación:


Bustarviejo es un municipio situado a 1.222 metros de altitud en las estribaciones de la Sierra de La Cabrera. Se asienta sobre formaciones de granito, y se encuentra situado entre dos cerros, al norte el de Bustar y al sur el del Pendón. Destaca entre sus cumbres El Mondalindo (1.833 m). El municipio cuenta con importantes manantiales que han sido utilizados desde siempre para uso agrícola, ganadero o bien doméstico. Cabe destacar la presencia de numerosas fuentes que se distribuyen por todo el término municipal. En cuanto a su patrimonio histórico-artístico destaca la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción (Siglo XV), la Ermita del Cristo de la Peña, la Ermita de la Soledad, el Ayuntamiento, la Plaza Mayor, el Potro de Herrar o el Vía Crucis. Destacamos también algunos ejemplos de arquitectura tradicional serrana y la existencia de 6 molinos hidráulicos antiguos que nos indican la importancia del agua en el municipio. Todo ello en un entorno natural de gran valor medioambiental, en plena Sierra Norte de Madrid.


La Iglesia de la Purísima Concepción.


Es el edificio más antiguo de Bustarviejo, construida sobre un promontorio rocoso en el lugar en el que se levantaba la primitiva iglesia que, a su vez, ocupaba el espacio de otro templo anterior. La torre habría adquirido un aspecto similar al actual entre finales del siglo XV y principios del XVI, pero los elementos iniciales de la misma fueron construidos a mediados del siglo XIV. En cuanto a las partes más antiguas del edificio, los trabajos descubrieron que una pequeña zona del muro norte y el interior del ábside formaban parte de la iglesia primitiva, se conocen los cimientos de dos muros encontrados durante la restauración integral y que estaría relacionado con una necrópolis rupestre medieval situada bajo el edificio actual. La decoración de la cornisa de la torre, mediante una serie de bolas de granito, también puede encontrarse en otras iglesias de la zona (Manzanares el Real, Colmenar Viejo, San Agustín del Guadalix, Miraflores de la Sierra...) permitiendo su datación entre finales del s. XV y principios del s. XVI. En el s. XVI la iglesia sería nuevamente ampliada hasta en dos ocasiones. En 1600 comenzó la construcción del atrio, acabándose en 1617. A mediados del s. XVII se llevó a cabo una pequeña ampliación de la nave de la Epístola hacia el este y se reforzó el ábside. Desde mediados del s. XVII hasta mediados del s. XIX, la iglesia sería intervenida en distintas ocasiones. De este período data la construcción del arco triunfal que separa la nave central del Presbiterio, del que destacan sus extraños apoyos: el sur es un grueso pilar formado por los apoyos de varios arcos, mientras que el norte es una columna de pequeña altura en relación con su volumen. Se trata de la única columna de estas características presente en el edificio, ya que el resto de los apoyos son pilares más o menos regulares.


El Ayuntamiento o Casa Consistorial de Bustarviejo.


Se construyó en 1770, en sustitución del edificio antiguo, que se encontraba en un estado lamentable. La parte más destacada del edificio es su fachada principal, que da a la Plaza de la Constitución. Su doble arcada, de gran regularidad y armonía, está formada por diez arcos de medio punto (cinco en la planta baja y cinco en la de arriba). Cada arco está formado por cinco piedras perfectamente cortadas y ajustadas. Los arcos se apoyan sobre pilares, que aunque parecen paralelepípedos, en realidad las bases superiores son unos cuatro centímetros más grandes que las inferiores. Esta pequeña diferencia, a pesar de ser imperceptible por el ojo humano, es la responsable de la gran armonía del conjunto.


La Torre de la Mina.


Se encuentra ubicada cerca de la antigua mina, en la Cuesta de la Plata. La torre, en ruinas, es una construcción cilíndrica de mampostería a base de piedras y argamasa bastante sencilla, que se utilizaba como molino. En 1983, por Real Decreto fue declarada Monumento Nacional Histórico-Artístico, junto con otras construcciones de la zona, como el castillo de Mirabel (en Manjirón) o las atalayas de El Berrueco, Venturada o Torrelaguna. El hecho de aparecer junto a varias construcciones defensivas, llevó a clasificar a la torre como una atalaya árabe más, pero, esto es muy probablemente erróneo. Fernando Sáez Lara indicó que la torre se habría construido tras comenzar la explotación de la mina y que «acaso sirviera como molino de viento para pulverizar el jaspe».


Ermita de Nuestra Señora de la Soledad.


Por los documentos antiguos del municipio, especialmente los testamentos, se sabe que en Bustarviejo se levantaban varias ermitas. La ermita de la Soledad es una construcción rústica y sencilla situada a las afueras del pueblo, en la carretera de Valdemanco. Delante de ella se levanta una cruz de piedra de los años 1940, aunque apoyada sobre una base mucho más antigua. Debido a la sobriedad del edificio, los elementos decorativos escasean, destacando únicamente la pequeña cruz de hierro que remata el tejado y la reja que cierra el atrio de entrada. El interior, de planta rectangular, es aún más sencillo.


Ermita del Santísimo Cristo de la Peña.


La ermita del Cristo, en la entrada del pueblo por la carretera de Valdemanco, es una construcción única en la zona, ya que es la única ermita labrada en la piedra. Aunque, lo más seguro, es que ya existiera una gruta natural, el interior fue agrandado y alisado. La entrada está formada por un dintel y unas jambas de piedra, en las que de pueden leer una serie de inscripciones grabadas, además, sobre la entrada se colocaron unas lanchas a modo de toldo o visera. En el dintel puede leerse, con más o menos dificultad: «HiZO eSfA ObRA frCO BZA ACΛbOSe AñO 1625» (Hizo esta obra Francisco Baonza acabose año 1625); y en la jamba derecha: «Aq ΛLÇARŌ ē ΛLtO LΛ + i LΛ PUCieROn ē UnΛ PñΛ» (Aquí alzaron en alto la cruz y la pusieron en una peña). Sobre la peña hay una cruz, en la que comienza el vía crucis y que termina enfrente de la otra ermita que sobrevive, la de la Soledad.



                                                                                   (Información extraída de Wikipedia)
Datos Marcha:

Asistentes: 16
Distancia:   15'180 kilómetros
Desnivel:    500 metros
Duración:    5 horas, 10 minutos





Crónica:

Por la pereza que da el madrugar, el día fue despertando poco a poco, sabía que tenía que trabajar, pero sin agobios. Junto a un camping, a las afueras del pueblo, se comienza esta marcha, sencilla, fácil, podría decirse en lenguaje de películas, apta para todos los públicos.

Entre unas cercas, el paso de un arroyo, una vez por un pequeño puente, otra de cualquier modo, se supera una pequeña cuesta y se llega a una pista que ofrece un poco de todo, luz y sombra, altura y llanura, pinar, sendero y senda. Se pasa junto a algunos árboles caídos que, a modo de refugio, tienda de campaña o como juego sencillo, dan la posibilidad, a la imaginación, de pasearse también por algún recuerdo que había quedado en el olvido.

Se avanza con calma, se va viendo el paisaje en fotogramas, pues las retinas también quieren sus pausas, hasta llegar a esas construcciones que están ahí como restos de lo que no tuvo que ser pero que fue.

Ya de vuelta el sol anima a aligerar el paso, pues él también tenía que hacer su trabajo, aclarando que no tenía libro de reclamaciones, salvo para muy determinadas ocasiones.

Como un añadido a la marcha se hace una parada en un almacén de fruta, medio kilo de tomates, unos espárragos y alguna lechuga abandonan el escaparate para viajar en alguna mochila. Y de nuevo el recorrido a la sombra, por un sosegado pinar, haciendo los últimos kilómetros para terminar una marcha más, que se sumará a tantas otras hechas y que será antecedente de las que vendrán.

Tino


Pequeño álbum fotográfico: