Las cárcavas son los
socavones producidos en rocas y suelos de lugares con pendiente a causa de las
avenidas de agua de lluvia. Estas producen la llamada erosión remontante. Se
producen tan sólo en el sustrato de tipo arcilloso, si hay dos o más cárcavas
que avanzan paralelas en línea recta se llama “Rills”. Se concretan,
normalmente, en abarrancamientos formados en los materiales blandos por el agua
de arroyada que, cuando falta una cobertura vegetal suficiente, ataca las
pendientes excavando largos surcos de bordes vivos.
Reconocen
los expertos que, a pesar de ser uno de los más evidentes fenómenos erosivos,
las cárcavas son de los menos estudiados. Lo azaroso de su evolución las hace
sumamente impredecibles y de lo poco que se tiene seguridad es de su íntima
relación con las precipitaciones, la existencia de un terreno inclinado y la
densidad del manto vegetal que cubre la superficie.
Las
cárcavas son depresiones de tamaño y profundidad variable que aparecen en suelos
arenosos. Sus paredes presentan una gran verticalidad, fragmentándose en
pequeños valles y agujas que están sometidos a una intensa erosión hídrica. Las
cárcavas del Pontón de la Oliva son de las más espectaculares de la península
Ibérica, tienen un perímetro de 800 metros y un desnivel en su parte profunda
de más de 60 metros. Entre las agujas existentes destacan tres, la primera de
ella es la que más llama la atención, se trata de una estilizada forma rematada
con una monstruosa cabeza y se la denomina la Aguja del Diablo, otra es la
Aguja del Enebro, así llamada porque cerca de su cima ha crecido un árbol de
esta especie y el inconfundible Colmillo Blanco que es la tercera de estas
agujas.
ASISTENTES:
28
DISTANCIA: 12
kilómetros
DESNIVEL: 420
metros
Duración: 4
horas 40 minutos
Jueves 21 de septiembre, en el área del
Pontón de la Oliva hay una pequeña explanada, junto al dique del pantano, donde
se van juntando los asistentes a la marcha de hoy que transcurre por la zona de
las Cárcavas.
Ya bien establecida
la mañana y el sol, muy dispuesto a cumplir su función, se comienza la andadura
por pista hacia unas formaciones arcillosas que, además de caprichosas, sí se
puede decir, como si de un piropo se tratara y que lo es, son preciosas.
Poco a poco el camino se estrecha, cambia a
color rojizo, se va pareciendo a un valle encantado, medio mágico, medio
fantástico, facilitando que el caminante fabule, en su imaginario, si cada
formación que tiene delante quiere indicarle algo, algún secreto por descifrar,
alguna invitación a vivir un pasado de seres distintos, si habitaron por allí
esos personajes mitológicos como fueron los Trolls custodiando esas riquezas, o
tal vez unos Selenitas atraídos por un paraje casi lunar, o si acertó a pasar
por allí Don Quijote y se enfrentó a esas diabólicas formaciones en batalla
singular, a pesar de las indicaciones de Sancho que más que gigantes parecían
Dulcineas...la imaginación de cada cual debe fluir, darle rienda suelta y
disfrutar de unos momentos como si fuesen de cuentos y después, ya de vuelta a
la realidad, contar que la fantasía, a veces, se puede tocar.
El sol distraído se
comportó en septiembre como en pleno estío, la sensación térmica parecía medida
con valores de escala Fahrenheit, pero queda aliviada por la visita hecha y por
un caminar tranquilo hacia el último destino. Sí se hizo un ligero funambulismo
por un senderito que remontaba hasta una senda, ya más cómoda, y que facilitaba
una vista aérea de la cárcava visitada.
Alto en el camino y hora del bocadillo, hay
quien elige la sombra para cobijarse y quien sigue prefiriendo la compañía del
cielo abierto. Camino de regreso al punto de partida, en algún tramo se tiene
que pasar por terreno más estrecho, cerrado por la vegetación y de búsqueda de
la mejor salida, pero se puede decir aquella expresión de "gajes del
oficio" superándose esas pequeñas dificultades sin mayores perjuicios.
Último tramo de recorrido, cual peregrinos,
se va en compañía o individualmente, cada cual con sus ideas en la mente,
recuento de lo vivido, del cansancio acumulado, de la cerveza que se va a tomar
mientras, un poco más tarde, será un relajante ducha, de lo entretenida que ha
sido una mañana por un rincón de tierra muy particular y que viajará acunado
dentro de cada uno en el regreso a la ciudad.
Tino