La palabra “aprisco” etimológicamente es de procedencia
latina bajo denominación “aprĭcus” forma sustantiva de “apricare” que quiere
decir resguardar del frío.
Aprisco es el refugio utilizado por
el pastor para recoger las ovejas protegidas de las inclemencias del tiempo y
los depredadores. Puede ser asociado como sinónimo de redil (telera) y corral,
e incluso usarse por majada, establo, boyera, cuadra y chiquero.
Sustantivo de la acción de "apriscar", en ganadería, especialmente en
la de ovinos y caprinos, recoger el rebaño para resguardarlo de la intemperie.
Los apriscos más comunes son una especie de portales
largos habituales en los corrales o traspuertas de las casas de los ganaderos y
en muchas alquerías, casas de campo, cortijos y casas parideras. Dichos
portales por lo común no tienen más techumbre que ramaje y maderos para dar
sombra al ganado e impedir que se moje con la lluvia. En estos apriscos suelen
disponer, apoyados en los muros de dornajos o artesillas o un simple madero o
viga acanalada (la canal) que sirven de recipientes del pienso, forraje,
etc. La altura de las tapias del aprisco es variable, y pueden estar protegidas
con bardas de espinos para impedir el acceso a los depredadores; el pavimento
puede estar empedrado, para que después de barrido, operación que debe hacer
cada dos o tres días, se enjugue en poco tiempo mientras el ganado está fuera
de él; sobre los extremos de estos apriscos hay una pequeña abertura para
apartar la cría cuando sea necesario. En función de la geografía, el aprisco
recibe diferentes nombres de un amplio y rico vocabulario.
Los rebaños merinos trashumantes solo están bajo
cubierto durante el esquileo, que dura como mucho uno o dos días si la estación
está seca o templada; parte de la finura de las lanas merinas depende de estar
el rebaño a la intemperie.
Información extraída de Wikipedia)
Asistentes: 16
Distancia: 10'600 kilómetros
Datos Marcha:
Distancia: 10'600 kilómetros
Desnivel: 472 metros
Duración: 4 horas 50 minutos
Crónica:
Nueve de la mañana, en un
pueblo tranquilo, cerca de sus antiguas eras, una mujer pasea a su perrillo
blanco, da los buenos días, mientras se espera al resto del grupo, por algún
atasco de la gran ciudad, otro perrillo color canela, para algunos ya familiar,
merodea y olisquea, parece que hace su presentación para unirse, sin
invitación, como uno más a la tarea de andar.
Ya juntos todos los
participantes de esta ruta, se inicia la misma encaminándose hacia una pequeña
pero empinada subida, por estrecho senderito, en forma de pasillo de jara y que
parece dar la bienvenida a su morada primaveral.
Con algún sube y baja,
alguna pared lateral de pizarra, en fila, sorteando arroyos, buscando los
mejores apoyos, el grupo va avanzando por las laderas de unos valles,
tranquilos, acogedores, que apaciguan los primeros vientos de la mañana, que en
otro tiempo vieron pasar a las gentes de dos pueblos, que iban y venían con
alguna carga como pequeño comercio.
Girando a la izquierda,
girando a la derecha, observados por unas montañas de piedra, sus pasos les
llevan a unos apriscos o corrales de ganado, de animales al cuidado de zagales,
de boyeros o mayorales.
El camino se estrecha, aparece alguna cuesta, el sol abraza, el aire relaja, así hasta el Barranco del Perro, el bocadillo, agua o algún refresco.
El camino se estrecha, aparece alguna cuesta, el sol abraza, el aire relaja, así hasta el Barranco del Perro, el bocadillo, agua o algún refresco.
Algunos menos cansados o
más inquietos, deciden andar, subir o bajar algo más, mientras otros, más
tranquilos, se hacen inquilinos de algo de descanso, de mirar su entorno
despacio, sin prisas.
Un pantano, que a la ida
queda de espaldas, a la vuelta muestra su mejor cara, ha recuperado su nivel
normal de agua, la sequía parece haber quedado atrás. En la distancia se puede
ver el contorno de muchas montañas, algunas aún algo blancas, paisaje agradable
a la vista y para tener en el recuerdo.
Tino
No hay comentarios:
Publicar un comentario