domingo, 23 de octubre de 2016

Ruta 77 Visita al Hayedo de Montejo


Entrada al Hayedo
Hoy es un día muy diferenciado para el grupo de senderismo de AEPUMA-jueves, pues se trata de la visita, no marcha, al Hayedo de Montejo. Cuando se dice haya se puede pensar en el presente de subjuntivo del verbo haber, pero no, hoy no, hoy hablamos de un árbol, un árbol cuidadoso y muy cuidado, un árbol elegante y bien vestido pues sus hojas, aunque no van teñidas, sí cuidan su verdor, es un árbol algo estilizado, podría decirse que hasta presumido, tan es así que algún que otro acebo, habitualmente arbusto, poniéndose bajo el manto de una haya, se hace árbol también, exhibiéndose bien espigado y afectuoso con su mentor. Hay una excepción en esta dualidad y es cuando se produce otra entre dos propias hayas, pues
Cartel informativo
se juntan tanto la una a la otra que llegan a fundirse como dos hermanas siamesas. 

Hoy es un día diferente porque se sale de lo habitual, los guías son unos entendidos en vegetación y se extienden en su explicación, el camino es prácticamente sin desniveles de subida y bajada, buena parte en senderito delimitado por troncos secos que definen el límite hasta donde se puede pisar o pasar, el recorrido es el marcado por la Organización, en definitiva, es como ir a un museo de la Naturaleza e interactuar con ella de manera recíproca, nos detenemos para observarla y, a la vez, ella probablemente nos observa a nosotros, pues también estamos incluidos entre sus variedades.

Este hayedo, vecino de la Sierra de Ayllón, es muy admirado por sus características en una zona poco frecuente para esta especie de árbol cuyo fruto es el hayuco, con propiedades medicinales y parecido a la avellana, y que algún
avispado ratoncillo, como buen roedor, se hace un homenaje comiéndoselo y disfrutando de su sabor. El río Jarama, fluyendo en sentido contrario a nuestra marcha, se deja ver y oír, mostrándose suavemente cantarín, menos en sus remansos que es cuando aprovecha para darse un respiro y aclararse un poco la voz. 

Arbol entre rocas
Para mayor cuidado del terreno y mejor transitar por la zona, se formaron dos grupos de visitantes, yendo separados por un espacio de lugar y tiempo que evitaban cualquier posible aglomeración y riesgo de deterioro del medio ambiente. Una vez finalizada la visita, aproximadamente la mitad de los asistentes, decidieron prolongar el tiempo de estancia por el pueblo de Montejo de la Sierra y a la vez saborear la cocina casera de un mesón del lugar. 

Antes del colofón a esta crónica queda por señalar un pequeño acontecimiento sin más historia y trascendencia que la que se le quiera dar. Paseando solo nuestro cronista, mientras llegaban los demás compañeros y por un área recreativa de la zona, cuando ya estaba clareando el día difuminándose los últimos vestigios de la noche, percibió que por allí pasaba una mujer, deslizándose por el suelo más que andando, vestida de negro, pequeña, delgada y con una ropa extemporánea, pero lo que más le sorprendió fue el relato que hizo... 




Visita realizada el 21 de octubre de 2016

4 comentarios:

  1. Tino, muy bonito el relato, y muy sugerente

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  2. Muchas gracias Leonor por tu comentario y opinión. Saludos.

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  3. Como siempre, acertado y entretenido. Gracias,Tino.

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  4. Daniel, gracias a ti también por el comentario. Saludos.

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