domingo, 14 de enero de 2018

Ruta 125: Marcha a La Cruz de Mierlo y Cerro de La Jarosa (11/01/18)

Documentación:

El Parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares, creado en 1985, es el espacio natural protegido de mayor superficie de la  Comunidad de Madrid (España) y uno de los de mayor valor ecológico y paisajístico. Está situado en  el noroeste de la región y se extiende alrededor del curso alto del río Manzanares. Sus principales municipios de referencia son Manzanares el Real y Hoyo de Manzanares. La Unesco lo declaró Reserva de la Biosfera en 1993.
Se asienta sobre la Sierra de Guadarrama, con la excepción del Monte de El Pardo y su apéndice oriental, el Monte o Soto de Viñuelas. Su lugar más destacado es La Pedriza, el conjunto granítico más importante de Europa, que recibe el tratamiento de Reserva Natural Integral, por albergar ecosistemas escasamente modificados.
Su amplio rango de altitudes, que va desde los 2383m de las Cabezas de Hierro hasta los 600m del barrio madrileño de El Goloso, da lugar a la formación de numerosos ecosistemas, entre los que destacan la alta montaña, los encinares, los enebrales, los jarales, los melojares y las zonas húmedas.
La Pedriza, en este paraje, situado en el término municipal de Manzanares el Real, se sitúa uno de los canchales berroqueños (graníticos) más espectaculares de la Península Ibérica. Aquí se reúnen los ecosistemas de roquedo más importantes del Parque Regional, a los que se añaden los pinares y las zonas húmedas, formadas por el curso del río Manzanares y sus encharcamientos. El lugar, muy frecuentado por los escaladores —que tienen a su disposición alrededor de 1000 vías de escalada—, integra bloques graníticos de gran tamaño y formas caprichosas. Algunos de los más curiosos son el Risco del Yelmo, Las Cuatro Damas, Los Fantasmas y las Piedras Caballeras. En La Pedriza se encuentran enclaves de gran singularidad, bien conocidos por senderistas y excursionistas, caso de la Charca Verde, los Chorros del río Manzanares, la Cueva del Ave María o la roca natural del Puente de los Pollos.
La Pedriza contaba, desde 1930, con un nivel de protección especial, mediante la figura de Sitio Natural de Interés Nacional, que fue derogada en 1985 con la creación del actual Parque. En 1979 se constituyó un Parque Natural alrededor del valle alto del río Manzanares, con una superficie de 4304 hectáreas —en la práctica, se trataba de una tímida ampliación en torno al espacio protegido de La Pedriza — que puede considerarse como el antecedente más cercano del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares.
La propiedad del terreno corresponde, en un 65%, a particulares. Un 22% pertenece a la Comunidad de Madrid y un 7% al Estado español. El 6% restante está en manos de los distintos municipios integrados.

(Información extraída de Wikipedia)

Datos Marcha:

Asistentes: 11
Distancia:  11’500 kilómetros       
Desnivel:   500 metros
Duración:   5 horas






Artículo

Hoy La Pedriza, con las rocas color almendra de mazapán y espolvoreadas de blanco azúcar, recibe a once caminantes, que después de juntarse, comienzan su andadura desde la entrada al Parque por la conocida Senda de Quebrantaherraduras.
Como si fuese el mejor escenario de una obra de teatro, van apareciendo los protagonistas: viento tirando a rebelde, nubes con aguanieve, el sol, medio encogido, parece indicar "si no me dejan, yo voy a hacerme sitio pues no he madrugado para ahora quedarme en el olvido". Mientras, algún caminante, entre la expectación y poniendo el mejor semblante, a veces mira al suelo, otras al cielo, sin desdeñar el entorno, las sombras y luces en algunas rocas, que producen contornos entre agradables y dulces, quien no lo disfruta es porque se entretiene con algo igual, no mejor, lo mismo el vuelo de algún ave o de variadas plantas en su esplendor.
Pista, desvío, senda…nieve, tierra, piedras...kilómetros andados, fotos como cuadros pintados. La ropa de abrigo no sobra, entre ella y el frío van representando la obra, es el teatro de este día, el sol por fin se ha abierto camino, incluso se ha hecho el mejor inquilino.
Llegados a La Cruz de Mierlo, donde se dice que está enterrado un pastor, rehén de bandidos, lugar cual Meca del montañero equitativo por querer recordar que, si se cometió una injusticia, el tiempo y sus gentes no lo olvidan.
Descanso, bocadillo, fotos en tres dimensiones, rocas en escorzos causando las mejores impresiones,  reconocimiento a un paisaje amigo del buen gusto, vecino de la calidad... simplemente, La Pedriza, nada más.
De nuevo en la senda de regreso, la vegetación se deja acariciar por el aliento de unos senderistas satisfechos, contentos por compartir unas horas de vida natural, de un entorno tan casi perfecto que podría parecer artificial, de fundirse en un viento, si algo bravío, también amigo. De esta manera, el camino espera su turno para recibirlos, para desvelarles sus guardados secretos, para quienes van a verlos. Camino hacia abajo, se llega a un cerro que, si por un lado era bastante común, por otro tenía un a modo de balcón luminoso, pues estaba frente a la zona anterior de La Pedriza, con sus joyas, lo mismo que girando un poco la capacidad de la fantasía tener enfrente el Castillo de Manzanares el Real, su pantano y agitando suavemente las manos, desde su atalaya, el Cerro San Pedro que se acicala, peinando la nieve que le cubre, para salir bien en las fotos y, tímidamente, mandando recuerdos a los que hacía poco fueron sus fieles devotos.


                                                                                                       Tino

Pequeño álbum fotográfico:









5 comentarios:

  1. No puedo comentar de la ruta, porque no pude ir. Pero que envidia, y que bonita La Pedriza con nieve.
    El relato, muy melancólico. A veces, "la memoria inducida por sueños o encuentros repentinos, nos cae encima y nos hace sentimentales". No recuerdo donde leí esto, pero me ha venido a la cabeza al leer tu relato.

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  2. Leonor, muchas gracias por tu comentario. Ciertamente, además de ser un auténtico apasionado de La Pedriza, en el día de la marcha ésta tenía ese sabor dulce al "encuentro repentino" que haces en tu cita. Para mí, la melancolía es intrínseca al sentimentalismo y, guiada por los sueños, puede llegar a ser una manifestación de alegría. De nuevo,muy agradecido. Recuerdos, Tino.

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  3. Como siempre, he leido tu crónica y tu relato - a salto de lineas lo reconozco- y me ha encantado, tambien como siempre.

    La ruta fue preciosa (y ademas en la Pedriza, mi favorita) pero que gracias a ti se hizo aun mas atractiva.

    Y encima, a tus excelencias como guia sumas la de escritor. Un lujo.

    Gracias Tino

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  4. "Escubiello" el del mensaje anterior, soy yo , Daniel

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  5. Daniel, muchas gracias por tus comentarios.
    Sabes que en cuanto a La Pedriza te considero mi maestro, por lo que tu opinión sobre esta marcha es la de un superior, de manera que para mí pasa a ser un auténtico halago. En cuanto a tu juicio favorable de las ideas que escribo, crónica y relato, solo puedo sentirme muy bien atendido también, aunque, como dices, lo leas a vista de pájaro. Muy reconocido, un discípulo. Tino.

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