jueves, 7 de junio de 2018

Salida 139: Marcha común Collado Quebrantaherraduras-Cruz de Mierlo (06-06-18)

Crónica:

La mañana, con el pelo peinado a raya, fruncía la mirada ante unas nubes pesadas, difuminadas en color azul de agua, inquilinas de cualquier otro día, no quería que humedeciesen una marcha agradable, tranquila, una marcha que solo pretendía quedar en el recuerdo y, tal vez, explorar un poco los entresijos de unas montañas y algunos senderos.

Empezando la marcha desde el Collado de Quebrantaherraduras, solo el nombre invita ya a la andadura, por aquello de un pequeño riesgo y algo de aventura, el grupo se va poniendo en fila, casi de forma penitente, sin mirar atrás, se van introduciendo, abriéndose paso, por la humedad y una niebla que también formaba parte de esa hermandad.

Chubasqueros y paraguas, cual futbolistas corriendo por la banda, estaban calentando para entrar al terreno de juego, pero pasaban los minutos, los cuartos de hora, y preguntaban "¿cuándo nos toca? sí solo va a haber estas lloviznas mejor nos habíamos  quedado en casa" atendiendo estas quejas, aparecen unas gotas revoltosas, un ratito, después otras, pareciendo jugar más al escondite que a su obligación de mojar pero....mejor dejarlo estar. Con un quita y pon, un pon y quita de prendas, a veces dentro, a veces fuera de la mochila, se va avanzando entre las jaras, el brezo y las peonías.
Llegados a La Cruz de Mierlo, en honor a aquel pastor que echándole valor y rescatando a una joven le salvó su honor, el cuentakilómetros marca que son menos de cinco, poca cosa para una gente emprendedora, hay que subir más, nadie se quedará atrás, y puestas así las cosas, antes se negocia con una niebla algo pegajosa, tú nos vas dejando que, con las manos,  te vayamos apartando y, cuando salgamos, te hacemos una pequeña reverencia y te saludamos.
Camino a Canto Cochino, atrochando hacia La Senda de los Porrones, que lleva también a La Maliciosa Baja, se alcanza la fuente donde hay en piedra, una mesita y unas sillas que sirven para, sin necesidad de mantel, tomar un tentempié, después la foto de grupo y, uno a uno, empezar el último recorrido hacia llegar al destino.
Durante esta marcha la temperatura acariciaba el sentido de encontrarse a gusto, de si se echaba algo de menos al sol, aún así, no faltaba el calor de ese maravilloso entorno que, aunque en piedra, la realidad o tal vez la imaginación, lo hacía de ensueño.

Tino.

5 comentarios:

  1. Muy bueno Tino. Te gusta escribir y lo haces bien, enhorabuena.

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  2. Muchad gracias Carlos.

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  3. Sinceramente (va en serio), Tino, no entiendo cómo no te han dado algún premio en los concursos de relatos. Crónica perfecta, y el ultimo cuento (el de los Chorros, muy emotivo y muy ad-hoc. Enhorabuena.

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  4. Muchas y sinceras gracias por tu comentario.
    A los pocos concursos que me he presentado, en distintos certámenes, me voy a permitir tomar el decir del personaje de mi último relato, cuando se le define así: "que había intentado escribir, pero que o era aburrido, o triste, o sin imaginación" no encontrándome nada lejos de él, pues ese fue siempre el resultado conseguido para quienes tuvieron que valorar las simples ideas o pensamientos que deposité. Por ello e igualmente: "que iba a dejar de hacerlo para los demás, pero que seguiría para él solo, como desahogo..."
    ¡Cuánta coincidencia entre las dos personas!
    Saludos, Tino.

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  5. He visto esta entrada, con un enlace, no teniendo yo nada que ver ni sabiendo de dónde proviene. Nada más quiero indicarlo por si se pudiera entender que tengo alguna relación con ello, en absoluto. Las entradas a los comentarios veo que son de acceso libre.

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