(Homenaje a José María Alfaro, 27 de febrero de 2024)
El pasado jueves 27 de febrero,
un grupo de 60 senderistas nos reunimos en el Parking de la Pedriza para
recorrer la Senda de Quebrantaherraduras, una ruta cargada de historia y
belleza natural en el corazón del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.
Esta jornada tuvo un significado especial, pues la dedicamos a la memoria de
nuestro querido compañero y amigo José María Alfaro, un apasionado del
senderismo y defensor de este paraje único.
Inicio en el Parking de la
Pedriza
La Pedriza, con sus
inconfundibles formaciones graníticas, es un enclave privilegiado dentro del
parque. Su relieve caprichoso, esculpido por la erosión durante millones de
años, ha sido refugio de pastores, bandoleros y aventureros. En este escenario
arrancamos nuestra travesía, con el fresco de la mañana y el ánimo de compartir
una jornada inolvidable.
Avanzamos por un sendero
serpenteante hasta llegar a la Fuente de la Culebra, llamada así por el sinuoso
cauce del agua que se desliza entre las piedras. Esta fuente es un punto de
avituallamiento clásico para los montañeros, y su agua ha calmado la sed de
generaciones de excursionistas. Hicimos una breve pausa aquí, disfrutando de
las vistas y del sonido del viento entre los pinos.
Continuamos el ascenso hasta el
Collado de Quebrantaherraduras, que da nombre a nuestra ruta. Este collado,
situado a 1.280 metros de altitud, recibe su nombre de la dureza del terreno,
que antiguamente ponía a prueba a los caballos y sus herraduras. Desde este
punto, las vistas sobre el valle y las formaciones rocosas de la Pedriza son
impresionantes. Nos detuvimos para tomar fotografías y admirar el espectáculo
geológico que nos rodeaba.
Descendimos por el sendero hasta
el Puente de Canto Cochino, una de las zonas más concurridas de la Pedriza.
Este enclave es famoso por ser un punto de partida para numerosas rutas de
escalada y senderismo. Canto Cochino debe su nombre a una enorme roca que, con
un poco de imaginación, recuerda a un cerdo tumbado. En este lugar, el
Manzanares fluye con fuerza, esculpiendo pozas y pequeños saltos de agua que
aportan frescura al recorrido.
Siguiendo el curso del río,
llegamos a la Charca Kindelán, una poza cristalina de aguas frías que en verano
es un refugio natural para los bañistas más atrevidos. Muy cerca de aquí se
encuentra el Chozo Kindelán, una antigua cabaña de pastores que en su día
sirvió de refugio a los guardas forestales. Este tipo de construcciones son
vestigios de una época en la que la sierra era un lugar de trabajo duro, donde
la naturaleza imponía sus reglas.
Nuestra última gran ascensión nos
llevó hasta el Collado del Campuzano, a 1.365 metros de altitud. Este paso
natural ofrece una de las panorámicas más sobrecogedoras de la Pedriza, con sus
paredes graníticas desafiando al cielo. Aquí, el viento soplaba con fuerza,
recordándonos la dureza y belleza de la montaña.
Desde el Collado del Campuzano,
emprendimos el descenso de regreso al Parking de la Pedriza. Al llegar, nos
reunimos en círculo para rendir homenaje a José María Alfaro. Guardamos un
minuto de silencio en su memoria, rodeados del paisaje que tantas veces
recorrió y disfrutó. Fue un momento emotivo, cargado de recuerdos y gratitud.
Concluimos la jornada con la
certeza de haber celebrado la vida de un gran compañero de la mejor manera
posible: caminando juntos por las montañas que tanto amaba. La Pedriza, con su
eterna solidez, será testigo de muchas más rutas, pero esta siempre quedará en
nuestra memoria como un homenaje sincero y sentido.
Hasta siempre, José María.
INFORMACIÓN
Realizada: 27
de febrero de 2025
Distancia: 9,96
km
Duración de
la ruta: 3:33 horas
Desnivel: 332
metros
Tipo: Lineal (ida y vuelta)
TRACK
