El 2 de octubre de 2025 amaneció con esa luz dorada que anuncia el otoño en la Sierra de Guadarrama: aire fresco, cielo límpido y un silencio que parecía contener toda la montaña. Con las mochilas listas y la ilusión aún más ligera que el equipaje, iniciamos nuestra ruta circular desde Miraflores de la Sierra, un pueblo que siempre recibe al caminante con olor a pino y piedra vieja.
Fuente del Cura: el comienzo sereno
Comenzamos nuestra caminata en el parking de la Fuente del Cura, un lugar emblemático y perfecto para ajustar botas, beber un primer sorbo de agua clara y dejar atrás el bullicio urbano. El murmullo del agua marcó el tono del recorrido: tranquilo, constante, prometedor.
Mirador de San Blas: primeras vistas que detienen el paso
El sendero ascendió entre robles y jaras hasta alcanzar el Mirador de San Blas. Desde allí, el valle se abría con amplitud, mostrando los tejados de Miraflores y las laderas que se extendían hacia el norte. La luz de la mañana modelaba las sombras de las montañas, y por un instante nadie quiso avanzar; la vista pedía quedarse.
Ermita de San Blas: un respiro con historia
Continuamos por un camino suave que, poco a poco, fue ganando altura. La Ermita de San Blas, pequeña y solitaria, apareció casi como un regalo. Allí descansamos unos minutos, sintiendo la mezcla de silencio y viento que tan bien combina con los espacios sagrados. El entorno transmitía calma, como si el tiempo se ralentizara justo en ese punto del mapa.
Puente de Piedra: agua, musgo y eco
El sendero descendió ligeramente hasta el Puente de Piedra, uno de esos rincones que parecen sacados de un cuento. El agua corría bajo el arco antiguo, clara y viva, y el musgo encendía un verde intenso en las rocas. Nos detuvimos a escuchar: solo el fluir del agua, apenas interrumpido por alguna hoja que caía anunciando el otoño.
Monte Perímetro Aguirre: la esencia de la sierraEl tramo hacia el Monte Perímetro Aguirre exigió un poco más de esfuerzo, pero lo compensó con creces. A medio camino ya se notaba el cambio en la vegetación y en el aire, más limpio y fresco. En el entorno del monte el paisaje se mostraba amplio y auténtico, con pinos altos formando un corredor natural. Era el punto perfecto para tomar aire, comer algo y dejarse abrazar por la sensación de estar lejos del mundo.
Regreso a la Fuente del Cura: cierre perfecto
El camino de vuelta descendió suavemente hasta reencontrarnos con la Fuente del Cura, cerrando la ruta tal y como la habíamos empezado: con agua, calma y satisfacción. Las botas polvorientas y las mejillas encendidas contaban la historia de un día completo de montaña.
Ficha técnica de la ruta:
- Realizada: 2 de octubre de 2025
- Distancia: 12,48 km
- Duración: 3 h. 58 min.
- Desnivel positivo: 288 m.
- Desnivel negativo: 288 m.
- Dificultad: Moderada
- Tipo: Circular
- TRACK
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