lunes, 12 de junio de 2017

Ruta 106 Puente de la Cantina - Puerto de Cotos



El puente de la Cantina también es conocido por puente de los Mosquitos o puente de la Canaleja, el lugar aparece en los mapas topográficos como La Canaleja. Ahí se encuentra la fuente del Peñón conocida también como fuente de la Canaleja. Desde esta fuente y subiendo por la Vereda de la Canaleja se llega hasta el camino viejo del Paular que pasa por el Puerto de Cotos.

Este puente, de arco único de medio punto, fue construido en la misma época que el camino trazado por Juan de Villanueva, en 1778, por orden de Carlos III para unir la Corte con el palacio de San Ildefonso, terminado bajo el reinado de Carlos IV. Por él bajaban los  carros, con vino de Navalcarnero y Arganda, que descansaban en la venta de la Cantina camino de La Granja y Segovia.

En este punto termina el camino de las Pesquerías Reales que transita la orilla izquierda del río Eresma. La senda se construyó por mandato de Carlos III, entre 1767-1769, para disfrute de la realeza. Un singular recorrido de unos 10 kilómetros, aproximadamente, entre el puente de la Cantina y el puente de Segovia o puente de Santa Cecilia.

ASISTENTES: 16

DISTANCIA: 12 kilómetros

DESNIVEL: 550 metros

DURACIÓN: 4 horas 30 minutos

Si muchos comienzos de ruta son buenos, amables, este también, pues empezando a caminar junto al frescor y la corriente de un río cantarín, no menos que los pájaros residentes allí, siguiendo un senderito bien definido entre árboles, quizá pinos silvestres, piñoneros, resineros...a la sombra de la quietud de sus ramas, hablando con quien también te habla, pasando la vista por un panorama natural, sintiendo cómo todo el entorno se despereza tras una agradable noche, ciertamente, es un comienzo ideal.



La mañana se abría paso entre ramificaciones cubiertas de hojas verdes, el sol estaba contento, decía que se veía muy luminoso reflejándose en los remolinos de agua que hacía el río en su descenso. Trinos de aves en un "déjame que te amenice yo con mis gorjeos, ¡los estoy ensayando a diario! pruebo, corrijo y, entre canto y canto, me entretengo y te acompaño". Este ambiente parece que invita a coger la batuta y, desde una pequeña atalaya dirigir una armoniosa combinación de sonidos y que, a veces, el silencio es la nota que también tiene que aparecer, para resaltar esa placentera sinfonía.



Por el camino, algunos zigzagueos, pequeñas subidas y bajadas, llanitos entre hierbas y alguna piedra, van sintiendo los pasos de los caminantes que, en ordenada fila de a uno también zigzaguean, suben y bajan, llanean hacia su bienandanza. Durante un trecho se rompe este idilio, pues se llega a una zona de asfalto, en plena naturaleza pero, con perseverancia y permisividad, se supera sin que haga falta cerrar los ojos o mirar para atrás.

Después, un giro a la derecha, camino viejo del Paular, muchas historias que contar, la pista se empina hacia arriba, eso sí, se sigue entre árboles que miran hacia altas simas, pero con las raíces en los sueños de los que, en ese momento, son los dueños de la fantasía, al menos en este día.



Puerto de los Cotos, mitad del camino, con su historia y rodeado de cimas que merecen los votos más significativos, invita a un descanso pausado para el bocadillo y algún que otro trago de agua que hidrata y recupera el líquido perdido en la caminata. Con un buen acomodo entre algo de vegetación y mucha calma, el tiempo parece sestear, se hace un poco cómplice de ese bienestar, hasta tal punto de tener que negociar quién se mueve primero, si el que está descansando o el minutero.

Con más pereza que deseo, se retoma el camino de vuelta, durante un tramo por donde se ha subido para, después, discurrir por una senda o sendero diferente al del principio, casi todo el trayecto bien protegidos al moverse por zona de umbría, con una suave sensación de frescura, dándose por terminada una marcha bastante gratificante al soslayar, durante unas horas, esas altas temperaturas que llegan a ser sofocantes.


                                               

                                                                                                                                 Tino

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