Zarzalejo es
un municipio perteneciente a la Comunidad de Madrid, pequeño municipio situado
en la Sierra Oeste de Madrid. En tiempos pasados lugar de recreo y descanso del
monarca Felipe II, y cantera de la que se extrajo el granito con el que se
levantó el Monasterio de San Lorenzo del Escorial, aportando también un buen
número de canteros. En 1834 nació en la localidad el pintor Vicente Palmaroli,
pintor de corte y director del Museo del Prado.
Zarzalejo se
reparte en dos núcleos: arriba, el pueblo antiguo; abajo, la Estación, núcleo
tradicionalmente conocido como Los Pajares. El primero, estructurado en torno a
la Plaza de la Constitución y la iglesia, fue el primer emplazamiento escogido
por Felipe II para construir el Monasterio del Escorial, dada la cercanía a las
canteras de piedra de las laderas de las Machotas. La Estación es más reciente
y en los últimos años ha tenido un crecimiento singular, con la construcción de
numerosos chalés.
El nombre
del pueblo se deriva de la gran cantidad de zarzas que pueblan el entorno. Los
asentamientos humanos más antiguos parecen remontarse a la Edad del Bronce, de
la que datan restos cerámicos decorados provenientes de la Machota Alta y las
canteras de granito.
De la Calzada
romana, situada en el límite oriental con el término del Escorial, sólo se
pueden apreciar algunos tramos de esta vía. En los tramos que permanecen, se
pueden apreciar grandes losas de piedra sobre el suelo y bloques puestos en pie
para delimitar su anchura. Se cree que ésta podía unir con la Calzada Romana
conocida como Vía Antenina que se extendía entre Titulcia y Segovia.
ASISTENTES:
23
DISTANCIA: 6
kilómetros
DESNIVEL:
300 metros
DURACIÓN: 2 horas
45 minutos
A Zarzalejo,
desde las 09:00h, van acudiendo tanto caminantes del grupo senderista de los
miércoles como de los jueves. Hoy es un encuentro en común para hacer una
pequeña marcha, el día es muy caluroso, por las cercanías de la zona de Las
Machotas. Posteriormente, se celebra una barbacoa con las típicas viandas que
tan gustosas son y que después habrá que contemplar sus efectos secundarios,
vía colesterol, pero que de vez en cuando no van a hacer daño.
En esta
ruta, el grupo y los habituales guías, como ya se ha hecho en alguna otra
ocasión, son "guiados" por el sherpa local, sherpa no en su acepción
de porteador, pues no llevó ni mochila, sino como buen conocedor de esos
caminos. Una vez callejeado un poco se coge un senderito, en suave ascenso, con
amables sombras que, algo piadosas con los caminantes, se prestan a desafiar al
sol, convirtiendo sus calurosos rayos en gratificantes tunelillos por los que
transitar bien protegidos.
El sendero
serpentea por la ladera como reptando hasta el Collado de Entrecabezas donde
hay una fuente homónima al collado y en la que se hace una pequeña parada para
descargarse, en todo lo posible, del calor que se ha ido paseando cual si fuera
otra mochila, polizón que se ha colado sin estar invitado. Desde aquí hubo
quienes avanzan un poco para, desde la altura, echar un vistazo al Monasterio y
pueblo del Escorial, crisol de historias y emblema de un pasado, propiedad de
todos y de nadie, tal vez de la propia Historia.
Reagrupados,
en descenso, se van salvando algunas ramas que puedan dar en la cabeza y evitar
tropezar con alguna que otra piedra. En las ocasiones que se sale de esa
sombrilla de hojas verdes se vuelve a probar la efectividad de la crema solar
bien extendida por la piel, es un día de calor, hasta el propio sol se queja de
la temperatura tan alta.
A medida que
se va acabando la ruta va aumentando el apetito por tomar esas sabrosas
tortillas camperas, las carnes a la parrilla, los aperitivos que tanto
acompañan, los postres caseros, la fruta fresca, el vino fresco, la cerveza
fría, zumos variados...¿qué falta?...ya, un buen baño en la piscina, alguna
partida de Mus, el café en amena compañía y rememorar también las marchas hechas
a lo largo de la temporada.
Todo este
disfrute se pudo dar gracias a la hospitalidad de Mariluz, a las buenas manos
con la barbacoa de Juanjo y Mariano, y, a las compras de Jesús. Por supuesto a
la participación de Julia, Agustín y la de todos los que colaboraron con sus
aportaciones para que se pudiese llevar a cabo esta fantástica reunión.
¡¡Muchísimas
gracias a todos por vuestra dedicación y esfuerzo!!
Tino.
TRACK
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Hola Tino me gusta el relato, imaginativo realista (nos puede pasar a cualquiera) y bien escrito.
ResponderEliminarComo dices: el mañana es lo siguiente al hoy, es el futuro, cofiemos en nuestro futuro y que caminatas, comidas, conversaciones y demás actos compartidos duren, no se, mucho, duren lo que duren.
Un fuertemente abrazo. Miguel.
Miguel,
Eliminar¡muchas gracias! por tu comentario y opiniones. Espero y deseo que las caminatas, comidas y el intercambio literario dure todo lo posible. Un abrazo, Tino.