domingo, 28 de mayo de 2017

Ruta 105 Alto del Hilo y Alto del Castillo (25/05/2017)

La Sierra del Hilo, enclavada entre las localidades de Becerril de la Sierra y Navacerrada, al igual que sus vecinas las sierras del Castillo y de Jarahonda, son de escasa altura, estando situadas frente a la línea de cumbres del Guadarrama y cercanas al embalse de Navacerrada. 

ASISTENTES: 23 
DISTANCIA: 12 kilómetros 
DESNIVEL: 450 metros 
DURACIÓN: 4 horas 45 minutos 

Hoy es un día de manga corta y sueños largos porque tener enfrente desde la Pedriza hasta la Peñota, pasando por la Maliciosa y Navacerrada, recrea la vista haciéndola sentir afortunada y dichosa. Tener al alcance de la mano estas montañas, casi reflejándose en las sosegadas aguas de un pantano, probablemente, inspire al mejor cuadro de un artista en paisajes, sin que tengan que ser muy lejanos, los deseos cercanos suelen ser los que se cumplen con el mayor agrado. 
Un grupo algo numeroso, pues se juntan los dos de senderismo, una vez asumida la consigna de la salida, a través de senda, pista y sendero, se va adentrando en las entrañas de un pequeño mar de jaras, perfumadas y abigarradas de flores blancas, con o sin pintas en sus pétalos, pero todas
acariciando, con su fragancia, el sentido del olor y que dada su persistencia, se convertía en puro clamor. Alguna roca en equilibrio parecía estar haciendo funambulismo, otras, en forma de ventana, dejan ver la silueta de unas montañas que, aunque lejanas, sonreían como dando un saludo mágico a quien las contemplaba. 
A mitad de camino se llega a un mirador, con forma de cuña, se eleva de menos a más, como si quisiera dar a entender que ¡abróchense los cinturones que vamos a despegar! Desde allí las vistas son ... ¿bonitas... preciosas?... no podía ser de otra forma ... 
Hay un deambular de un lado a otro por parte de los visitantes, hasta que, después de buscar acomodo bajo alguna sombra, se hace un alto en el camino, para tomar el bocadillo y algún trago de vino. De vuelta al sendero en bajada, llano o subida, siempre de forma suave, se camina hacia la meta atravesando alguna población, circundando el pantano o volviendo a la vegetación. 
Ha hecho calor, a pesar de alguna sombra, por fin parece que la estación primaveral quiere abrirse paso después de tanto aguacero, algo de frío, la presencia de niebla y algún que otro duende, tal vez también despistado por tanto cambio, preguntándose dónde estoy, si ayer es hoy o si mañana temprano tiene que adornar algún regalo. 


Tino

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho el poema, con mucha imaginación, eres capaz de construir un bonito texto hablando de ropas y soles.

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    1. Muchas gracias por tu comentario.
      Te diré que este simple poemilla lo redacté estando sentado en el parque de Isabel II, Pza. Castilla, a poco de jubilarme y en días en los que lo único de lo que era capaz era de estar solo, contemplando mi alrededor y, en el móvil, ir reflejando mis sensaciones de aquel ambiente y de mi estado de ánimo.
      Fue una temporada bastante productiva en poemas, me desahogué mucho, el único valor que les daba era el de la función de comunicación, no sé si conmigo mismo o con el móvil, y que durante unos meses era una de mis ocupaciones "sociales" pues, excepto el desenfado de dedicar un tiempo a una ropa recién lavada y que observé cómo la tendían, el resto era de una atención y preocupación por las personas y sus posibles circunstancias.
      No descarto incluir en este medio de comunicación algún otro poemita, de escaso valor literario, pero sí con su pequeña historia de haberme sido de ayuda en un momento dado.
      Saludos, Tino.

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