Marcha al Arcipreste de Hita:
Fuente de Aldara |
Con la
marcha de hoy podría decirse que, a la vez que se camina, se transita por una
pequeña parte de nuestra historia. Una más antigua, la roca en reconocimiento a
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, declarándose esta parte de la Sierra como
Espacio Natural Protegido en 1930, y otra más reciente, representada por las
ruinas de distintas construcciones pertenecientes a la pasada Guerra Civil
Española.
El alcalaíno
Juan Ruiz, (Obra: Libro de Buen Amor) anduvo en tránsito entre provincias por
esta parte de la Sierra de Guadarrama, también se dice que se encontraba con
una zagala o vaquera en una fuente de
la zona, con la que yantaba y con la que tenía algún otro solaz esparcimiento,
bueno...a lo
que nos trae aquí, hacia las nueve horas y quince minutos de la
mañana comienza la marcha, atravesando la antigua carretera N-VI, para
adentrarse en un pinar que, ya desde el principio, nos descubre los restos de
distintas edificaciones de la Guerra Civil, correspondientes a la zona denominada
La Sevillana del bando nacional, que continua en nuestro recorrido hasta, más o
menos, el final de la ruta.
Restos de edificaciones |
Dieciocho montañeros
o senderistas, con la expectativa del calor de un día que veranea en plena
primavera y, en ordenada fila de a uno, van dando pasos con una idea recurrente
¿hará mucho calor, tendré agua
suficiente?, mientras, quienes comandan el
grupo, deciden posponer la visita a la peña del Arcipreste, pasándola del
principio de la caminata al final de la misma, ya que esta es una zona de sombra
y mejores recuerdos, orientando al grupo hacia la subida a las proximidades primero
de la Peña del Cuervo y después al Cerro Mostajo.
Restos de edificaciones |
Aunque el
sol aún no está en lo más alto de su trayectoria diaria, sí avisa de que él
está ahí, en su sitio y cumpliendo su función de luz y, ante todo, de calor,
probablemente se querría excusar pero es consciente de esta característica suya
y que debe cumplirla, aunque le pueda resultar incómoda. En pocos días han
florecido centenares y
centenares de retamas que, con su intenso color
amarillo, iluminan la vista y algún sentimiento, haciendo que al menos durante
cortos espacios de tiempo, se den pequeñas fugas al recuerdo de otros
ilusionantes momentos ya pretéritos.
Restos de edificaciones |
A poco de
empezar la subida, cual ciclistas en una prueba de montaña con notables
porcentajes de desnivel, se van tomando posiciones, de manera que quien anda
más cómodo se va adelantando, por lo que llegará antes a alguno de los
necesarios descansos que se hacen, con el fin de hidratarse y relajar un poco las
piernas, mientras que se espera a quien llegue el último, que también se repondrá durante el tiempo
suficiente antes de reemprender de nuevo la marcha.
Peña del Cuervo |
La
curiosidad de cada uno va optando entre fijarse en los abundantes testimonios
de la historia local, si fue fortificación de defensa o de ataque, si fue
vivienda o parapeto, pero también, se va acomodando la mirada en las distintas
siluetas de la orografía que está al alcance de la vista, proponiendo posibles
nombres que las vayan definiendo, valgan de ejemplo Cabeza Lijar, Cueva
Valiente, La Mujer Muerta (Pasapán, Peña del Oso y La Pinareja como si fueran
la cabeza, el tronco y extremidades), La Peñota, etc., etc. A este respecto,
cabría señalar la manera tan particular de identificar las distintas formaciones
montañosas, de todas partes, y que por lo general, siempre guardan algún
parecido con su denominación.
Monumento "Arcipreste de Hita" |
Una vez
elegido un espacio apropiado para, durante un tiempo, romper la simbiótica
relación con la mochila y depositarla al alcance de la mano, se hurga en su
interior y se rescata o libera ese alimento tan necesario para reponer las
fuerzas desgastadas tras la subida. Cumplido este gustoso trámite, de nuevo a
andar, alguna sesión de fotos, bien sobre la marcha o con posado, y a seguir
marcando un ritmo de vuelta, que ya es en bajada, y con la esperanza de
resguardarse pronto, bajo el manto protector de la sombra de unos árboles a los
que, y recíprocamente, también parecía agradar ver el movimiento, a su
alrededor, de unos caminantes cuyo destino, más inmediato, era la Peña del
Arcipreste.
Cuaderno de firmas |
Monumento "Arcipreste de Hita" |
Una vez
allí, se curiosea a la Peña, se hace alguna trepada por la roca para ponerse
junto a la inscripción conmemorativa, un poco de lectura del ejemplar del Libro
de buen Amor, depositado en un pequeño arcón, y, una dedicatoria, con la firma
de todos los componentes del grupo, en un cuaderno para tal fin y que, muy
probablemente, el espíritu de Juan Ruíz leerá por la noche, con especial
regocijo, al saber que les habría gustado saludarle y debatir con él sobre, si
esta o aquella montaña de la Sierra de Guadarrama, es más acogedora que la
otra.
Fuente que proporciono agua fresca |
De camino
hacia el último tramo de la marcha, se hace la visita a dos fuentes, siendo una
de ellas la que proporcionó un agua fresca y la que
Sobre las
14:40h se da por finalizada esta andadura, tras unas cinco horas de caminar y
unos desniveles de subida y bajada de unos 460m, agasajándose todos con una
cervecita bien fresca.
Los
responsables de esta marcha muestran su agradecimiento a todos por su
participación y buen humor ante las características, tal vez algo exigentes,
del terreno y la climatología de ese día.
TRACK
Estuvo genial a pesar del calor. Nuestros guías, como siempre excelentes: paciencia con todos, y un gran entusiasmo. El campo precioso lleno de flores. Es un lujo poder andar en un entorno tan bonito y tan próximo a Madrid. Y un lujo la compañía.
ResponderEliminarGracias a los que ponen el coche, y gracias a los que preparan las rutas de manera desinteresada y generosa.
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