La descripción de la marcha como siempre realizada por nuestro cronista Tino.
Marcha Canto
Cochino-La Calavera-Giner de los Ríos-Chozo Kindelan:
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Cuatro Caminos |
A
las 09:45h de la mañana los 13 senderistas de AEPUMA emprenden camino desde
Canto Cochino hacia el Collado Cabrón-el Cancho de los Muertos (uno suena a
triste canción-otro a ánimas por el desierto), a través de una senda muy bien
señalizada que da apoyo y seguridad a quien por ella transita. Durante el
ascenso hay quienes hablan mientras caminan, hay quien se detiene para hacer
alguna foto, a la izquierda la Sierra de los Porrones, de frente la Cuerda
Larga, trinos de pájaros y jaras en flor perfumando la primavera, dan tintes de
alegría a la mañana, junto con la agradable temperatura temprana.
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Vista del pajaro |
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Vista del elefante |
Caminante
se hace camino…también por esas veredas de una Pedriza de fantasías, de
formaciones únicas en granito, de leyendas y personajes de aventuras encuadrados
en actos de intrigas, de cuentos que alguna vez se han soñado y temido. Por el
aire, en ocasiones, resuenan los nombres de aquellos atrevidos pioneros
montañeros, que surcando sus intrincados vericuetos, definieron accesos que hoy
se disfrutan para sentir la magia de un entorno especial si se deja correr la
fabulación, caminante se hace camino…andando hacia cualquiera de estos
destinos.
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La Calavera |
Los
Llanillos, pinar en altura con vistas a Las Milaneras y a Las Torres, como a
tantas otras construcciones de la arquitectura natural, fue el lugar elegido
para el almuerzo, y después el lugar de tránsito del grupo a una confluencia de
senderos, denominada Cuatro Caminos, girando a la derecha para iniciar el
descenso del terreno remontado. Con paso más lento y mayor atención, dada la dificultad
del suelo pedrizero por esa zona, se
van aproximando a la morada de una roca muy particular, saliendo de la senda y
tras cruzar un arroyo, se remonta por un virado y medio oculto sendero, hasta
un rincón casi de ensoñación, allí, medio oculta, a los pies del denominado
Pájaro, roca aérea con esa forma, se encuentra La Calavera, solo nombrarla pone
los pelos de punta, pero que una vez a su lado, parece que sonríe por sentir
que se está cerca de ella, podría pensarse que se le trae a la mente algún buen
recuerdo.
Hecha
la visita a ese osario en piedra, se retoma el camino ahora con destino al
refugio Giner de los Ríos (pedagogo malagueño que defendió el respeto a la Naturaleza
y la formación de la persona en armonía con el entorno natural), como edificio
de acogida de montañeros, preparado para la protección y descanso de los mismos
durante su estancia en esos parajes.
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Guiner de los Ríos |
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Chozo Kindelan |
Ya
con destino a la última parada, y con no menos patente devoción, se remonta un
sinuoso, y empinado senderito, que finaliza en el casi santuario montañero de
La Pedriza, el llamado Chozo Kindelan, cobijo que se proporcionaron, en la
oquedad de una roca, los hermanos con ese apellido y que fueron de los primeros
atrevidos montañeros que comenzaron a tatuar, en esta piel granítica, las vías
de acceso que hoy podemos disfrutar. Vaya desde este espacio el reconocimiento
a esa labor de todos aquellos que tuvieron la pasión por dejar su huella, en
este terreno único y especial, denominado La Pedriza.
De
vuelta al punto de origen y tras una andadura de 11 kilómetros,
aproximadamente, y unos desniveles, en subida y bajada, de unos 600 metros,
pasadas 5 horas y 15 minutos, llegó el momento de dar por finalizada la marcha con
la gratificación de unas cervezas frescas como colofón a esta matinal.
TRACK
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