martes, 14 de marzo de 2017

Ruta 95 Dehesa de Navalvillar (09/03/2017)



El Cuartel General de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET) se encuentra ubicado en la Base "Coronel Maté", situada en el kilómetro 1,800 de la carretera comarcal M- 607 en el término municipal de Colmenar Viejo. En 1965 empezó a dar su primeros pasos la Unidad de Aviación Ligera de la División Acorazada número 1. En el año 1972, el Ministro del Ejército dispuso la organización de la FAMET. Posteriormente transformada en Cuartel General, en 1989, al mando de un General de Brigada, con la misión de coordinar todas las acciones operativas de las distintas Unidades y de apoyo logístico para aumentar la capacidad operativa de las Unidades terrestres, en el conjunto del Ejército de Tierra español.
Existen referencias a esta dehesa desde el siglo XI, donde se menciona que el Rey Alfonso X cazaba el oso en su parajes, en otro tiempo hubo masa forestal.  Debido a su situación en las estribaciones de la Sierra de Guadarrama, ha sido lugar de asentamientos desde la antigüedad, entre los restos se encuentran viviendas visigodas de los siglos VI y VII y minas de metales. Los posibles metales que se barajan como principal motivo de la explotación son: cobre, plata o hierro, algunas teorías indican la probable utilización de estos metales por los visigodos.

Ya en época moderna la dehesa ha sido usada para: rodajes cinematográficos -más de doscientos (Espartaco, El Cid Campeador y gran cantidad espagueti westerns, entre ellos El Bueno, el Feo y el Malo)- también para prácticas de tiro militar, almacén de material municipal y lugar de ocio.


Participantes: 20

Distancia: 10,62 kms

Desnivel: 275m

Duración: 4 horas



En una mañana de invierno, pero con investidura de día primaveral, los marchantes de hoy, acompañados por el sonido y movimiento de helicópteros de la Base, en la que cerca también se rodaron películas de cine, pareciendo evocar alguna escena bélica de Apocalipsis now, pero sin la música wagneriana de la Cabalgata de las Valquirias, hacia las 09:45h comienzan la ruta de este jueves por zona de monte muy despejada pero con un agradable telón paisajístico de fondo.

Hoy se van a eludir metáforas como que el sol es una enorme pepita de oro que puso en el espacio el dios Apolo, que la luna es un beso lanzado al aire por la diosa Venus, que el cielo es un chal de seda que bordaron unas Ninfas para Artemisa y que el viento son los suspiros de las enamoradas que cortejaban a Adonis ... bueno, aunque pensándolo mejor, si se deja en
que son una gran pepita de oro, un beso, un chal de seda y unos suspiros...tal vez quedaría bien la imagen.

Superada la Base del inicio y adentrándose por una pista forestal, se encaminan primeramente a un cercado donde se encuentran unos yacimientos arqueológicos, de los distintos que hay en esta Dehesa de Navalvillar. Hecha la visita, ojeada la documentación de los pequeños carteles explicativos y las fotos de la parcela, se reemprende la marcha hacia una plataforma en alto y de madera, en la zona denominada Peña Gorda, donde hay unas vistas fantásticas del entorno como es la Cuerda Larga y el Cerro San Pedro, como más próximos, y con la complicidad de un día no menos prodigioso. Fotos del paisaje, fotos individuales y de
grupo, es en lo que se invierten unos cuantos minutos...minutos cuyo ADN es el de testimoniar que se está disfrutando y que, por ellos, se sustraerían a cumplir su misión de medir el tiempo, haciendo que no se notara que se habían detenido, disimulando y mirando para otro lado, alargando todo lo posible ese momento.

Una vez puesto en marcha el reloj, tras descender de la plataforma de la imaginación, se va caminando hacia otra zona de rodaje de alguna célebre película llegándose al punto de poder recrearse en ser un personaje de la época Romana, un personaje del lejano Oeste o simplemente un senderista en busca de nuevos espacios para vivir nuevas sensaciones.

Continuando por pista forestal o atravesando por el medio del campo, siempre con la sosegada compañía de vacas pastando junto a sus terneros, se va haciendo una aproximación a una mina abandonada situada en un alto y desde el que también se tienen vistas espléndidas. Visita del lugar, hora de tomar el bocadillo, de charlar, de usar el icono de una cámara fotográfica en el teléfono móvil y de volver a reanudar el camino ya de vuelta. Lo más inmediato es salvar la corriente del Arroyo del Pocito de los Lobos para después remontar hacia otra parcela de excavaciones y desde aquí ya continuar todo seguido hasta el punto de comienzo, siendo sobrevolados por un helicóptero doble hélice del FEMAT en su aterrizaje. Marcha sencilla y cómoda, de monte bajo, pero de altas impresiones por todo lo visto y vivido. Hoy todos los componentes del grupo, dada la proximidad de la Universidad, o bien vuelven a ella o bien a sus casas a comer.


                                                                                                                      Tino

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