Documentación:
El Cerro de San Pedro, de 1425 metros de altura, es un
pico de la Sierra de Guadarrama (Sistema Central) situado en el noroeste de la Comunidad
de Madrid. Se trata de uno de los montes isla de la vertiente sur guadarrameña,
expresión que alude a aquellas formaciones montañosas que se ubican aisladas
con respecto a la alineación principal. Este pico es especialmente famoso por
sus impresionantes vistas, dado que está aislado en una zona relativamente
llana si la comparamos con las grandes elevaciones de la Sierra de Guadarrama,
como son Peñalara o Cabezas de Hierro. Desde lo alto se puede observar, hacia
el norte y oeste de la Sierra de Guadarrama, dentro de ella de la Cuerda Larga
o la Sierra de la Morcuera, atravesada por el puerto del mismo nombre.
La situación de este cerro es bastante singular, tal y
como lo narró Casiano del Prado, un pionero de la geología madrileña: «Al
suroeste de las masas que acabo de describir se halla la del cerro de San
Pedro, que es de gneis, situado entre Guadalix, Pedrezuela y Colmenar Viejo; y
es notable, no ya por su altura, que es sólo de unos 750 metros sobre Madrid,
sino por su aislamiento casi completo y por el pico que presenta su perfil por
cualquier lado que se le mire».
Este cerro en verano toma un color completamente
amarillento muy especial, dado que su vegetación es muy escasa. La formación es
de origen pre-herciniano con gneis
(roca metamórfica compuesta por los mismos minerales que el granito: cuarzo,
feldespato y mica, pero con orientación definida en bandas) como principal
componente. En el sur, en el término municipal de Colmenar Viejo, se encuentra
la Dehesa de Navalvillar, espacio protegido por el propio ayuntamiento, cuyos
suelos tienen por origen la erosión del gneis del cerro y le confieren una gran
riqueza de pasto comparada con los suelos de origen granítico.
(Información extraída de Wikipedia)
PARTICIPANTES: 23
DISTANCIA: 4'300 kilómetros
DESNIVEL: 400 metros
DURACIÓN: 2 horas 15 minutos
Crónica:
En esta marcha de Navidad se hace una ruta corta
aunque algo exigente, pues en la combinación de distancia-desnivel, son poco
más de dos kilómetros para unos cuatrocientos metros de subida, hace que en
algún momento el porcentaje de remonte sea alto, ese mismo desnivel con más
distancia puede ser menos costoso en esfuerzo.
Se empieza teniendo que superar una pequeña valla, no
hay que dar un triple mortal, ni aventurarse a saltar sin red, pero si hay que
asegurarse para no correr riesgo de caer. Desde la cima, el sol parece que se
va moviendo como un foco luminoso, siguiendo a los caminantes, para no perderse
detalle de sus visitantes, que van a acompañarle durante un espacio de tiempo.
La subida se va haciendo al "tran, tran"
quien puede menos por quien puede más, cada cual a su ritmo, nadie se va a
quedar atrás porque, aunque no se llegue arriba, se ha intentado y eso es de
valorar. Una vez que se ha llegado a la cima, y firmado en el libro de visitas,
se está atento, a sus vistas, a sus cielos, se toma aire, despacio, de forma profunda,
llenando el pulmón, para después soltarlo y que vuele, que se pasee, al
encuentro de algún aroma cercano o a fundirse en un abrazo con el viento.
Desde esta altura y girando poco a poco, dando la
vuelta, Madrid se deja ver algo timorata, pues dice que no se le ha dado tiempo
a ponerse guapa, La Pedriza parece como cobijada por La Cuerda Larga, ¡vaya, que
está encantada! y La Cabrera, hermana apartada de Guadarrama, no por ello se
enfada, sino que se dice aquí estoy yo y, para dulce, el Pico de la Miel, a ver
quién me gana.
En este trabajo, de pura Naturaleza, hay control de
presencia, hay que fichar, el día lo ha hecho, como bueno, con sol, sin lluvia,
sin truenos, con un azul cielo, con un consejo, guarda de esta visita una
imagen, si no de ensueño, sí del mejor reconocimiento.
Tanto subiendo como bajando el grupo va disperso, a
distancia y como hormiguitas de color, se le ve avanzar, el camino a veces echa
una mano, después de una subida viene un pequeño llano, después de una bajada,
dice voy a sujetarte, dame la mano.
Y sin más problema que algún necesario esfuerzo, se
vuelve al inicio, al punto de partida, el trayecto ha sido corto, el tiempo
breve, pero hoy es una excepción, hoy hay comida colectiva, de buena parte del
grupo, comida de Navidad en la localidad de Guadalix, allí se da cita otra
parte del grupo, que no ha podido asistir a la marcha, pero que también quiere
celebrar con sus habituales compañeros esta festividad.
Tino
Pequeño álbum de fotos:
Valla de acceso al Cerro |
Vértice geodésico Cerro San Pedro |
Caja con el cuaderno de visitas |
Inscripción hecha con piedras |