domingo, 18 de febrero de 2018

Salida 129 Ruta: Dehesa de Navalvillar (08-02-18)

Documentación:

La Dehesa de Navalvillar es un espacio natural situado en el municipio de Colmenar Viejo. Existen referencias a ella desde el siglo XI, donde se menciona que el Rey Alfonso X cazaba el oso en su parajes. Desde hace algunos siglos perdió su masa forestal por la venta de la madera para el pago de las deudas municipales. Debido a su situación en las estribaciones de la Sierra de Guadarrama, protegida por el norte por el Cerro de San Pedro ha sido lugar de asentamientos desde la antigüedad, entre los restos encontrados se encuentran gran cantidad de viviendas visigodas de los siglos VI y VII que perduraron hasta después de la toma de la península por los árabes del siglo VIII y minas de metales. En Navalvillar se puede observar una zona de viviendas, con una calle que delimitaba dos espacios diferenciados: uno, dedicado al hábitat familiar y otro, a los servicios. También son destacables las áreas de cementerios, siendo las más conocidas la de Remedios y la de Fuente del Moro. El ritual de enterramiento es parecido, aunque en el caso del yacimiento de Fuente del Moro, las sepulturas excavadas en la roca conviven con las cistas, formadas con lajas de piedra donde se metían los ataúdes o parihuelas, mientras que en las excavadas en la roca se realizaban con un simple sudario. En ambos casos se han encontrado ajuares, formados por pequeñas jarritas. En el caso de las excavadas en la roca, el ajuar es tardorromano: un ungüentario de vidrio de cuerpo bulboso. En cuanto a la necrópolis de Remedios, donde está situado el Santuario de la Patrona de Colmenar Viejo, Nuestra Señora de los Remedios, cuenta con varias sepulturas, todas excavadas en la roca, con un caso muy singular: se reutilizaba el mismo espacio para incluir dos enterramientos. El ajuar funerario hallado es muy similar al de la Fuente del Moro, destacando una jarrita decorada con dos bandas de seis líneas incisas. También en la Dehesa de Navalvillar en el paraje conocido como Valdepuerco, se encuentra el yacimiento de Navalahija, asentamiento hispanovisigodo datado en el siglo VII. En la campaña de 2008 se descubrió una fragua. El yacimiento se encuentra en fase de excavación y estudio (dato de abril de 2010) por parte de un conjunto de expertos multidisciplinar. En la Dehesa de Navalvillar se encuentran vestigios de minería de metales, si bien se encuentra en fase de estudio (dato a fecha de abril de 2010). El pozo maestro y la entrada a una galería completamente inundados son los dos puntos visibles en fase de estudio. Los rodean los restos de desecho de la actividad minera. Los posibles metales que se barajan como principal motivo de la explotación son: cobre, plata o hierro. Algunas teorías indican la posible utilización desde tiempos visigodos o anterior. Ya en época moderna ha sido usada para: rodajes cinematográficos, más de doscientos (Espartaco, El Cid Campeador y gran cantidad de espagueti westerns; prácticas de tiro militar, almacén de material municipal y lugar de ocio). El hecho de haber sido una posesión municipal desde, al menos, el siglo XVI, y probablemente desde el XV, le ha permitido conservar los restos arqueológicos de una forma que no ha sido posible en otras zonas del municipio más alteradas por la actividad humana.

(Información extraída de Wikipedia)



Datos Marcha:

Asistentes: 18
Distancia:   9'800 kilómetros
Desnivel:    270 metros
Duración:   3 horas 30 minutos


Crónica:

Aves en pleno vuelo, surcando el tono gris del cielo, niebla esquiva que aparece y desaparece, algo furtiva, haciendo lo mismo con el paisaje, que ahora me ves, que ahora me pierdes, animales en sus pastos, en sus campos, los más grandes ni corren ni huyen, los pequeños a resguardo.
Arroyos secos, arroyos húmedos, agua corriente, como afluente de esperanzas cristalinas, agua fría, fresca como el amanecer de cada día, el aire levita, no se mueve, evita molestar, solo quiere agradar, el paisaje parece modelado por unas manos finas, cariñosas, cincelado a base de caricias.
La ruta de este día es fácil, sencilla, vistosa, con algo de historia, tal vez por ello la introducción hecha, arqueología y películas, helicópteros y minas, tiros de verdad y tiros de mentira, artistas y caminantes como protagonistas.
Tras un par de kilómetros por pista se llega al primer yacimiento de algunos ancestros, lo que queda de sus casas y retazos de sus vidas, arquitectura básica, en piedra. A poco de avanzar algo más se llega a un mirador, desde el que se ve poco, pues la niebla se posó entre el caminante y el sol. Con ese vaporoso manto blanco, de frente y en el retrovisor, se sigue avanzando hasta llegar a una chimenea, de ladrillo y elevada, en mitad de la llanura, resto de un escenario que recreaba otros tiempos con todos sus glosarios.
Girando hacia la derecha, entre ganado y cercas, se va avanzando hacia una mina pequeña donde se hace un alto para tomar el bocadillo, hacer un descanso, y volver de nuevo al camino, en dirección a otros yacimientos, al campo de tiro y después hacia el inicio.
La marcha de este día ha sido una marcha agradable, en su paisaje, en su encuadre, llanura para andar y montaña que observar, escenario natural, actores sin mural, su obra era un suave caminar para, primero disfrutar y, después, volverlo a intentar.


                                                                                                                           Tino


Pequeño álbum fotográfico:








2 comentarios:

  1. Siempre estás a la altura, Tino, en todas las partes de tu crónica. Un abrazo. RpN.

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  2. Muchas gracias por tu comentario y ánimos. Otro abrazo

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