viernes, 27 de mayo de 2016

Ruta 64 Camorritos a la Ducha de los Alemanes

La descripción de la marcha como siempre realizada por nuestro cronista Tino.


Fecha: 19/05/16

Asistentes: 11 + un fiel escudero 
Distancia: 10 kms
Desnivel:  480 m
Duración: 3h 50'

Coches aparcados, mochilas a la espalda, veinte minutos para las diez, como se diría en inglés, saludos afectuosos, salen unos antes, otros después. Desde la estación de Camorritos, se desciende unos metros hasta el inicio del Camino de las Encinillas, girando a la derecha e introduciéndose en la urbanización, hay una empinada cuesta que será el anuncio de lo que vendrá a continuación. Durante casi dos kilómetros, rampas y curvas, marcas rojas y blancas, pinos y sol, canto de pájaros como único rumor y, por el esfuerzo, algo de sudor. La subida es constante, siguiendo los pasos del que camina delante, alguna parada empero, para beber agua y recuperar el resuello.

Terminada la subida se llega a una pradera, de la que parte la Senda Herreros, en ella al principio, como reconocimiento, hay una placa conmemorativa y un par de bancos de madera. Esta explanada, llamada Navarrulaque, que en otro tiempo fue lugar de merienda y escapada de la gran urbe, acoge otro reconocimiento, las Siete Traviesas, a los pioneros caminantes, con algún nombre ilustre y otras personas trashumantes.

Senda Herreros
 
Un buen cuidado refugio antecede a la Senda Victory que, adentrándose en el pinar, con sus subidillas y bajadas, con su suelo en ocasiones de piedra, a veces con agua, desemboca en la cascada, de dos metros, conocida como Ducha de los Alemanes o Chorro del Árbol Viejo, tejo que está acompañando y contemplando la caída del agua del arroyo Navalazuela.


Banco de Fernando González  Bernáldez
Una pequeña bajada sitúa al grupo en la denominada Carretera de la República para que, remontándola en suave subida, primero pueda visitar el Descanso de Fernando González Bernáldez, banco de piedra que utilizó el reconocido Ecólogo catedrático de la UAM, después los emblemáticos Miradores de Vicente Aleixandre y Luis Rosales, y también hacer una última parada en el Reloj de Cela que, como figura en una losa de granito allí colocada, fue caminante de la Sierra de Guadarrama antes que Nobel. 
 
Placa dedicada a Cela
Llegados de nuevo a Navarrulaque, se gira a la derecha para retomar la senda inicial, ahora en bajada, que dará por finalizada la primaveral marcha, tras cuatro horas y veinte minutos de caminar y contemplar el Valle de la Fuenfría, que ha acogido y acogerá a tantos y tantos caminantes, célebres o anónimos, pero que le agradecerán, a su vez, la placentera estampa que ofrece en todo su ser.
A las 14:00 horas, minuto abajo, minuto arriba, suena el figurado badajo, como fin de una caminata bien recibida.


Siete Traviesas








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